Los problemas del agua en Guanajuato no son sólo de abasto en su corredor industrial. También lo son de salubridad en la región norte.. Foto: Archivo AM.

Guanajuato.- En la región norte de Guanajuato, el agua potable que consumen miles de familias presenta niveles de arsénico y fluoruro que rebasan los parámetros de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la NOM-127 mexicana.

Una investigación de El Universal titulada “Guanajuato bebe veneno desde hace décadas”, documentó que 81 de 117 pozos analizados en la última década superaron al menos una vez dichos límites, lo que ha provocado casos de fluorosis dental y esquelética, enfermedades renales y complicaciones óseas.

Municipios con pozos contaminados

Los municipios donde se detectaron concentraciones fuera de norma son San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo, San Luis de la Paz, Doctor Mora, San José Iturbide, San Felipe y San Diego de la Unión.

De acuerdo con los datos obtenidos vía transparencia y citados por El Universal, estos siete municipios forman parte de la Cuenca Alta del Río Laja, una zona sobreexplotada de donde se extrae más agua de la que logra recargarse de manera natural.

En San Diego de la Unión, el pozo Tampiquito registró seis veces más arsénico de lo permitido, mientras que el pozo Ex-Hacienda de Jesús reportó 12.4 miligramos por litro de fluoruro, cifra ocho veces superior al límite de 1.5 mg/L que fija la OMS.

En San José Iturbide, el pozo Cruz de la Mata duplicó los niveles seguros de arsénico con un registro de 0.029 mg/L en 2014, cuando la OMS establece un máximo de 0.01 mg/L. Sin embargo, El Universal informó que no se han realizado nuevos estudios en esa fuente desde 2015.

Impacto en la salud

El arsénico, identificado por la OMS como una de las diez sustancias más peligrosas para la salud pública, puede causar lesiones cutáneas, alteraciones en la pigmentación de la piel, callosidades y aumentar el riesgo de cáncer, diabetes, enfermedades pulmonares, renales y cardiovasculares.

De acuerdo con información obtenida por El Universal a través de transparencia, en 2024 el Instituto de Salud Pública del Estado de Guanajuato (ISAPEG) atendió a 380 pacientes con insuficiencia renal crónica en la zona de la Cuenca. De ese total, 31% eran menores de 35 años.

En cuanto al fluoruro, además de provocar fluorosis dental —visible en manchas blancas o marrones en la dentadura—, también se relaciona con osteosclerosis, calcificación de tendones y deformidades óseas, según documenta el reportaje.

Desigualdad en el acceso al agua

El agua potable que consumen miles de familias presenta niveles de arsénico y fluoruro que rebasan los parámetros de seguridad. Foto: Archivo AM

En San Miguel de Allende, catalogada como Ciudad Patrimonio de la Humanidad y uno de los principales destinos turísticos de México, El Universal destacó que mientras turistas y sectores de mayores ingresos pueden acceder a agua embotellada, miles de familias rurales dependen del agua de pozos o pipas con los mismos niveles de contaminantes.

Datos oficiales citados en el reportaje indican que en 2023 la ciudad recibió más de dos millones de turistas, con una derrama económica superior a 6 mil millones de pesos. Sin embargo, en 2020, el 40.3% de su población estaba en situación de pobreza moderada y 3.17% en pobreza extrema, lo que limita el acceso a alternativas de consumo seguro.

Declaratoria de emergencia

En 2021, el gobierno federal declaró a la Cuenca Alta del Río Laja como Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA), al considerarla uno de los siete sitios más contaminados del país.

El convenio, encabezado por la Semarnat, incluía también a la Secretaría de Salud y al entonces Conacyt, con el objetivo de estudiar los efectos de los contaminantes y atender las consecuencias en la población.

No obstante, El Universal documentó que a la fecha no se han destinado recursos específicos ni se han implementado las acciones contempladas en dicho acuerdo.

Iniciativas locales y sociales

Algunos municipios han invertido en plantas purificadoras de ósmosis inversa.

En San Diego de la Unión, desde abril de 2024 funciona una planta con una inversión de 110 mil pesos, que permite a los habitantes canjear vales de agua purificada incluidos en el recibo de servicio.

En Dolores Hidalgo, tres plantas se instalaron desde 2018, aunque varios de los pozos que las abastecían dejaron de operar.

San Felipe y San Miguel de Allende también han implementado plantas municipales con recursos estatales y federales.

Organizaciones civiles como Comunidades Unidas por la Vida y Agua Pastoral Social (Cuvapas) han promovido en al menos 28 comunidades la captación de agua de lluvia como alternativa para reducir el consumo de agua contaminada.

Los testimonios recabados por El Universal apuntan a una disminución de problemas gastrointestinales y de dolores articulares en las familias que utilizan este recurso.

 

JB

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *