Irapuato, Gto.- Un sonido afrolatino, con piezas de boleros, cumbias y hasta algún huapango, fue como en el Mural de la Danza Onírica, en la conocida como Rinconada Castañeda, en la zona centro, se encendió la noche otoñal de Irapuato, ante la presentación de Violeta Ortega y Puerto Candela, como parte del Festival Internacional Cervantino.
El concierto inició con el tema “Amor de mis amores”, seguido del clásico de Celia Cruz y Tito Puente “Ven Bernabé”, y continuó con piezas como “Cosas del alma”, mostrando la versatilidad del grupo y su capacidad para conectar al público con distintos géneros y emociones.
“Buenas noches, nos da muchísima emoción estar aquí y participar en este maravilloso Festival Internacional Cervantino con mi proyecto Puerto Candela. Así que esperamos disfruten de la música. Van a escuchar un poquito de bolero, ritmos afrolatinos, el Son Montuno (un género de música cubana) y también algo de nuestro repertorio original. Así que esperamos les guste, es un trabajo hecho en México, y con mucho cariño para ustedes, muchas gracias, comenzamos”, fue como Violeta Ortega presentó este concierto ante los irapuetenses que se acercaron a disfrutar de este proyecto musical.

La interpretación de Ortega y Puerto Candela, destacó por su energía y sensibilidad, acompañada por arreglos que hicieron vibrar al público irapuatense, al ofrecer un concierto que fusionó sonidos afrolatinos con la riqueza de la música popular mexicana, en un homenaje a grandes compositores del país y de América Latina.
El repertorio incluyó también canciones emblemáticas como “Mundo raro”, “Te quiero dijiste” y “La llorona”, así como composiciones originales del grupo como “Piquito de gallo” y “A la raza de bronce”. Bajo la dirección de Martínez, Puerto Candela ofreció un recorrido musical que rindió tributo a figuras como Agustín Lara, Toña “La Negra”, Celia Cruz, María Grever y José Alfredo Jiménez.
Con este concierto de Violeta Ortega y Punto Candela, concluyeron los eventos del Circuito Cervantino en Irapuato, donde los ritmos afrolatinos, del huapango, el Son Montuno, entre otros, hicieron vibrar a los irapuatenses durante 16 días.

DMG
