Agustín Rodríguez García, párroco de Valtierrilla, señaló que ante las crecientes amenazas, algunas fiestas patronales en Salamanca han tenido que suspenderse. Foto: Archivo AM.

Salamanca, Guanajuato.- El párroco del templo de Nuestra Señora de Guadalupe en la comunidad de Valtierrilla, Agustín Rodríguez García, reconoció que se han tenido que suspender algunas fiestas patronales en comunidades de Salamanca debido a amenazas.

Sin embargo, destacó que los grupos delictivos mantienen cierto respeto hacia el ámbito religioso, concentrando sus advertencias en los eventos sociales y de entretenimiento que se realizan fuera de las iglesias.

El sacerdote explicó que la situación varía según la comunidad, pues mientras en algunos lugares se han recibido amenazas directas a los organizadores, en otros casos las advertencias son falsas y difundidas en redes sociales, aprovechando el clima de incertidumbre que genera la inseguridad.

En sí no se refieren a la parte religiosa, a la misa, a los sacramentos como son las primeras comuniones y las confirmaciones, sino a lo que es el baile y todo el folclore que se da al exterior de la iglesia”, precisó Rodríguez García.

El presbítero añadió que, ante cada festividad, se implementan protocolos de seguridad, enviando oficios a las corporaciones policiales y dependencias municipales para determinar si existe un riesgo real que amerite suspender las fiestas patronales en comunidades de Salamanca.

Aunque lamentó que se hayan dado casos de fiestas patronales que no han podido realizarse, el párroco expresó su confianza en que en Guanajuato no se pierda la alegría ni las tradiciones a causa del crimen organizado, como ha ocurrido en otros estados del norte del país.

Yo creo y siempre lo he dicho: si hay algo que todavía tiene salvación en nuestra nación, un hilito que pende, es que al menos los criminales todavía tienen una pequeñísima dosis de fe y de respeto por las cosas de Dios. Su devoción a la Virgen de Guadalupe y a San Judas Tadeo es lo que nos blinda un poquito”, concluyó el sacerdote.

La solución no es encerrarnos

El obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, abordó la creciente violencia en la ciudad tras la masacre del 24 de junio de 2025 en Barrio Nuevo, que dejó 12 muertos durante una fiesta patronal. Señaló que la solución a la inseguridad no es ni “encerrarnos en las iglesias” ni suprimir las celebraciones.

Criticó estrategia de seguridad

El obispo insistió en que la responsabilidad de cuidar y proteger a toda la sociedad en el día a día recae en las autoridades. Advirtió que la violencia está viva y se genera cotidianamente, incluyendo en la familia y grupos sociales, por lo que el problema es mucho más amplio que los eventos públicos.

Señaló que no se debe culpar a las fiestas religiosas por los ataques violentos. Recordó que masacres han ocurrido en casas cerradas, como sucedió en Celaya, o en campos de fútbol (mencionando el caso de Cárdenas), lo que demuestra que la violencia está “en todos lados”.

Fiesta patronal con permiso, sin protección

El ataque ocurrió el 24 de junio en un domicilio de la calle Bustamante durante la conmemoración de San Juan Bautista, dejando 12 personas fallecidas y varias heridas.

El secretario del Ayuntamiento, Rodolfo Gómez Cervantes, confirmó que la fiesta contaba con los permisos necesarios, tramitados a través de la Dirección de Fiscalización y con autorizaciones de Seguridad Ciudadana y Protección Civil. Sin embargo, testigos en la fiesta patronal indicaron que no había presencia de Policía Municipal ni de otra institución de seguridad pública en el lugar.

AAK

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