Yuriria, Guanajuato.- Los seis hombres asesinados a sangre fría en una finca de Santa Mónica Ozumbilla, eran originarios de Moroleón. De acuerdo con familiares y conocidos, se trataba de personas trabajadoras, empresarios y profesionistas reconocidos que no tenían relación con actividades delictivas.
Entre las víctimas se encuentran tres migrantes que se encontraban de vacaciones en Moroleón. Uno de ellos era Arnulfo, quien tenía más de 30 años radicando en Estados Unidos. En esta ocasión, había venido acompañado por su hijo José Antonio y su cuñado Salvador. De acuerdo con allegados, Arnulfo solía visitar su ciudad natal durante las vacaciones escolares o en diciembre, y nunca tuvo problemas durante sus estancias en México.

La noticia ha causado conmoción e incredulidad entre ciudadanos, familiares y amigos, quienes insisten en que las víctimas eran personas de bien, enfocadas en su trabajo, su familia y su comunidad.
Sorprende mucho la noticia porque los que lo conocíamos sabemos la calidad de persona que era. Muy alegre, bromista, sus empleados eran como su familia y que tenía un gran carisma. Quien no conoce Mariscos El Zarco es porque no vive en esta zona”, dijo Juan Baeza, amigo del empresario restaurantero Juan Luis González.
El Gobierno Municipal de Moroleón publicó esquelas lamentando el fallecimiento de tres de sus habitantes: Juan Luis González, Abraham David Regalado y José Artemio Ruiz, quienes murieron en el ataque perpetrado en la finca ubicada en los límites entre Yuriria y Moroleón. A través de Comunicación Social, se envió un mensaje de pésame a sus familias, además de exigir a las autoridades competentes el esclarecimiento de los hechos.


“Muy triste y de no creerse lo que pasó. Temo estaba joven, muy buena onda y siempre ayudando a los demás. Era muy reconocido como arquitecto y no tenía malas juntas. De verdad que urge que se esclarezca todo porque los mataron de una manera muy cobarde y ellos no tenían nada que ver en nada malo”, comentó María Guzmán, amiga de José Artemio Ruiz.
Temo, como era conocido, era presidente del Colegio de Arquitectos de Moroleón y Uriangato A. C. desde 2024. Sus colegas lo describen como un joven visionario, admirable tanto en lo profesional como en lo personal.
Es difícil encontrar palabras para algo tan horrible. Solo esperamos que se haga justicia y este caso no quede en el olvido. Eran personas comunes, trabajadoras, que aportaban a la sociedad. No eran delincuentes”, declaró José Luis Ávalos, colega de Temo.
Otra de las víctimas, Abraham David Regalado, era hijo del empresario Manuel Regalado, conocido por su negocio de venta de cantera. Abraham también destacaba en el ámbito restaurantero y de la construcción, generando fuentes de empleo en la región. Sus amigos lo describen como un hombre hogareño, enfocado en su familia, y que ocasionalmente se reunía con sus amigos Temo y Juan Luis.
Hasta el momento, la Fiscalía General del Estado no ha emitido información sobre avances en la investigación, lo que mantiene a la población de Moroleón y Yuriria sumida en la incertidumbre y el dolor.
Así fue la masacre
La noche del 1 de agosto, en una finca de Santa Mónica Ozumbilla, en Yuriria, fueron masacrados seis hombres por un grupo armado que al irrumpir en la propiedad los acribilló.
Al llegar las autoridades encontraron en el suelo a las víctimas con múltiples impactos de bala. En la escena localizaron casquilos percutidos de diversos calibre.
El sitio quedó abandonado y sin vigilancia
El inmueble es utilizado para fiestas y reuniones de familias o amigos. Vecinos mencionaron que nunca notaron nada raro, ni vieron en ninguna ocasión ver a hombres armados entrar, pues es un tramo despoblado de bodegas agrícolas.
A toda la población del área le consternó el hecho, pues señalan que son un pueblo tranquilo, aunque resaltan que en los últimos años el crimen organizado ha tenido acercamientos con los comerciantes y campesinos para pedir la llamada cuota.
Pese a que la población de esta zona se encuentra en incertidumbre y temor de que un grupo criminal llegue y tenga presencia definitiva en la comunidad, las autoridades municipales se han limitado a indicar que ya se refuerza la seguridad en la zona, hecho que los mismos habitantes desmienten, pues no hay vigilancia ni siquiera en el lugar del ataque.
AM

