La Banda de Música del Estado de Guanajuato acompañó las obras corales. Foto: Cortesía Secretaría de Cultura

León, Gto.- Con la Sala Principal del Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña como escenario, fue presentada “Carmina Burana”, de Carl Orff y la “Sinfonía de los Salmos”, de Ígor Stravinski, dentro del 53 Festival Internacional Cervantino, dejando fascinados a los asistentes.

El Coro del Teatro del Bicentenario y la Banda de Música del Estado de Guanajuato bajo la dirección musical de Adalberto Tovar y la dirección vocal de Jaime Castro Pineda, se unieron para explorar cuestiones como la fortuna, el deseo y la vulnerabilidad mediante obras corales emblemáticas del siglo XX.

Contando además, con la participación de los Coros del Valle de Señora y la interpretación de los solistas Anabel de la Mora, Plácido Ávila y Daniel Cerón, que con su voz profundizaron en los textos medievales.

La Sala Principal del Teatro del Bicentenario fue testigo de este concierto. Foto: Cortesía Secretaría de Cultura 

Con precisión y maestría la Sala Principal del Teatro del Bicentenario, fue testigo de la cantata de Carl Orff, caracterizada por su fuerza rítmica con los coros, solistas y orquesta. 

La velada arrancó con el coro “O Fortuna”, pieza que hace referencia a la inconstancia de la fortuna y la vida, para posteriormente seguir con “Fortune plango vulnera”, “Veris leta facies”, “Omnia sol temperat” y “Ecce gratum”, poema goliardico que aborda temas como el renacimiento, la naturaleza, la alegría, el amor, el placer y la transformación personal, invitando a los presentes a buscar la felicidad en compañía de sus seres cercanos.

Para la segunda tanda del concierto se interpretaron temas como “Were diu werl alle min”, “Estuans interius”, “Olim lacus colueram”, “Ego sum abbas” e “In taberna quando sumus”, este último abordando la despreocupación frente a la muerte y las suertes de la vida.

Ante la complacencia de los asistentes, que vitorearon en cada oportunidad, el recital dejó para el cierre los temas “Ave formosissima y “O Fortuna”.

El programa fue completado por la “Sinfonía de los Salmos”, de Ígor Stravinski, obra que mezcla elementos litúrgicos y modernos, reflexionando sobre lo divino. Conformado por tres movimientos, “Exaudi orationem meam”, “Expectans expectavi Dominum” y “Laudate Dominum”, la obra religiosa sinfónico-coral del compositor ruso fue creada en el marco del 50 aniversario de la Orquesta Sinfónica de Boston (1930), por encargo de su entonces titular, y en ella aborda temas dedicados a la gloria de Dios.

DMG

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *