Para Ana Amparo ser scout es un honor. Foto: Mary Ochoa

León, Gto.- Ana Amparo Macías Palacios ingresó a los scout cuando tenía 10 años. Hoy, a los 65, recuerda con orgullo haber sido una de las primeras integrantes del Grupo IV León, que antes se llamaba Guías de México. Durante los festejos por el 65 aniversario del grupo, expresó: “Soy scout de toda la vida. El llevar la pañoleta scout es prueba de honor”.

Ana Amparo compartió su alegría por regresar al terruño scout: “Llegué a los 10 años por invitación de mi amiga Trini ‘La Nena’ González. Yo no sabía nada, ni me imaginaba cómo era”.

“Estuve en todas las categorías habidas y por haber, fui jefa de la Tropa Femenil —antes Guías de México—. Actualmente soy subjefe de Grupo de Medios y Métodos Educativos. Lo que aprendí aquí lo sigo practicando en mi actividad; soy licenciada en Turismo”, contó Ana Amparo en entrevista con AM

A los 25 años se retiró para formar una familia: “Seguí más de dos años y estimé pertinente hacer una pausa para atender a mi familia”.

Hace cinco años, tras enviudar, decidió volver al grupo. “Estoy desde que se fundó, aunque se llamaba de otro modo”.

Óscar Trujillo Lascano, el jefe de Grupo IV de Scout León. Foto: Mary Ochoa

Entre sus recuerdos más gratos, mencionó haber sido jefa de Clan y Subjefa de Manada, donde era conocida como Hatti, y Jefa de Manada de Las Gacelas, bajo el nombre de mando Vantha.

Los frutos de ser scout

En los Boy Scout —explica— “se forman hombres y mujeres con valores”.

No es una formación religiosa, aunque nuestro lema es Patria, Dios, Hogar. Uno de los primeros beneficios es aprender a ser independiente y valerse por sí mismo”.

Añade que ser scout fomenta el trabajo en equipo, la solidaridad y la disciplina, además de mejorar las habilidades físicas y mentales: “Nos enseña a ser caritativos y misericordiosos, pero no por lástima, sino por empatía: ponerse en los zapatos del otro”.

Macías Palacios recuerda haber estudiado en el Instituto A. Mayllen, ubicado en Aquiles Serdán, “frente a un negocio donde todavía venden productos para fumigar”. Posteriormente cursó estudios en el Instituto Jassá y más tarde estudió la Licenciatura en Turismo.

Pese a las pausas en su trayectoria, Ana Amparo nunca se alejó de su grupo.

Soy scout toda la vida, llena de orgullo. Hoy transmito a las nuevas generaciones los valores y la formación de nuestro grupo. Los jóvenes deben dejar un mundo mejor que el recibido”. 

Aurora Velázquez Gómez, la más pequeña del Grupo IV de Scout León. Foto: Mary Ochoa

Orgullo y legado del Grupo IV León

Entre sus mayores satisfacciones, destaca haber llevado a Veracruz y a la Ciudad de México dos grupos femeniles, y que León haya sido pionero en la creación de los grupos de mujeres. “Reitero, siempre estaré agradecida de recalar aquí. Amo a mi grupo”.

Aurora Velázquez Gómez, de seis años, es la más pequeña de los lobatos de manada. “La conozco desde que nació”, comenta Ana Amparo, la integrante más veterana del Grupo IV.

En una breve charla, la niña expresó: “Estoy muy contenta en el grupo. Mi mamá me llevó y espero siempre estar con los scout”.

Corre, sonríe y da las gracias. Dos generaciones, un mismo camino: ser scout toda la vida. ¡Felices 65 años, Grupo IV León!

DMG

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