La doctora María Eugenia Garay Sevilla, quien encabezó las investigaciones. Foto: Cortesía UG.

León, Guanajuato.- Ante los altos niveles de obesidad infantil y adolescente en México, estudiantes y docente de la Universidad de Guanajuato (UG) realizaron dos investigaciones para detectar en adolescentes riesgos de desarrollar diabetes, hipertensión y niveles altos de colesterol y triglicéridos, enfermedades que antes se presentaban en adultos después de los 40 años. 

La finalidad de ambas investigaciones es prevenir el desarrollo de estas enfermedades, que cada vez se presentan más en adolescentes debido al sedentarismo y los cambios en la alimentación. 

En entrevista con AM, la doctora María Eugenia Garay Sevilla, quien encabeza estos proyectos realizados en el Departamento de Ciencias Médicas de la UG, Campus León, enfatizó que aumentar el consumo de fibra y el ejercicio físico regular pueden marcar una diferencia significativa en la salud de los jóvenes. 

Detalló que para estas investigaciones se contó con la participación de 42 estudiantes de entre 15 y 19 años de la Escuela de Nivel Medio Superior Centro Histórico León (ENMSCH) y del CECyTEG. 

Tratamos de buscar prevención, ya que la pandemia de la obesidad en niños y adolescentes se asocia con diabetes tipo 2, presión alta y enfermedad del hígado graso, que son factores que aumentan el riesgo cardiovascular en los jóvenes. 

 

A los adolescentes que se identificaron con estos riesgos les dimos dieta con fibra y realizaron ejercicio físico. Obtuvimos resultados muy prometedores, vemos que tiene un efecto positivo tanto el ejercicio como el consumo de citrulina (un aminoácido que el cuerpo produce de forma natural)”, explicó. 

 

En la primera investigación, realizada por Verónica Ivette Tovar Villegas, se evaluó el efecto de la suplementación con citrulina, un aminoácido natural presente en la sandía, durante ocho semanas. Los adolescentes mostraron una reversión notable en el grado de daño hepático, pasando de condiciones severas a moderadas o leves. 

La segunda investigación, a cargo de Alan Arturo Rodríguez Carrillo, combinó el consumo de la citrulina con ejercicio de alta intensidad durante doce semanas. 

La UG como referente internacional

Los resultados confirmaron mejoras tanto en la condición del hígado como en variables cardiovasculares clave, incluyendo una disminución significativa de la presión arterial central. 

Ambos trabajos constituyen los primeros estudios a nivel mundial en evaluar estas intervenciones en adolescentes con hígado graso, posicionando a la UG como un referente internacional. 

Garay Sevilla precisó que, para estas investigaciones, se empleó el uso de un ultrasonido y tecnología avanzada como el equipo Mobil-O-Graph, para medir indicadores como la grasa del hígado, el grosor de las arterias del cuello, la presión arterial central, el gasto cardíaco y la resistencia periférica. 

También se usó un lector de AGEs (productos de glicación avanzada), que permite estimar de manera no invasiva, el riesgo cardiovascular asociado al envejecimiento celular. 

Foto: Cortesía UG.

Dividimos a los estudiantes en tres grupos, cada uno conformado por 14. A cada uno se les hizo intervención, esto es que, hicieran ejercicio o entrenamientos de intervalos de alta densidad, y se les dieron siete gramos al día de citrulina. 

 

A otro grupo también se le indicó el ejercicio, pero no se le suministro la citrulina y, al tercer grupo, solamente se le dieron los siete gramos de citrulina al día. Se observó que, en el grupo que hacía el ejercicio y que consumía la citrulina, disminuyó la presión y la rigidez arterial”, subrayó. 

 

Enfatizó que dicho estudio reveló un hallazgo significativo, pues más del 90% de los jóvenes con obesidad presentan hígado graso no alcohólico. Además de que también se identificaron adolescentes de 14 y 15 años con daño vascular, por lo que destacó la urgencia de atender esta problemática desde una perspectiva preventiva. 

Son resultados muy prometedores, vemos que tiene un efecto positivo tanto el ejercicio como administrar la citrulina. Sin embargo, son estudios de seguimiento muy costosos. Hacen falta más estudios para que estos resultados sean definitivos, esperamos seguirlos realizando.

 

Lo que tratamos de hacer con estos estudios es detectar estos riesgos en los jóvenes, darles tratamiento a base del consumo de fibra y ejercicio físico, para que no desarrollen estas enfermedades a edad temprana”, apuntó. 

 

Ya preparan nuevo proyecto

Garay agregó que, para estas investigaciones, se contó con financiamiento de la UG, así como de la empresa Pronat, que contribuyó con la donación de citrulina, mientras que compañías mineras de Guanajuato y San Luis Potosí apoyaron con recursos para equipamiento especializado. 

Adelantó que se prepara un nuevo proyecto que permitirá mantener el seguimiento de las y los adolescentes evaluados, pues se busca que estos hallazgos no solo se queden en las revistas científicas, sino que lleguen a las familias guanajuatenses. 

En estas investigaciones también participaron especialistas del Departamento de Ciencias Médicas de la UG: la doctora Lorena del Rocío Ibarra Reynoso, el doctor Armando Gómez Ojeda, y la doctora Katia Vargas, con trabajos en torno a la actividad física. 

También participaron el egresado, Mario Ramón Espinosa Vargas, como asistente de investigación, y la doctora Monserrat Josefina Olvera Juárez, del Hospital General de León, para realizar estudios de imagen. 

SS

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