Veracruz.- La inundación en el norte de Veracruz, que dejó 34 muertos y 14 personas no localizadas, puso al descubierto omisiones y errores de autoridades estatales para salvar vidas y bienes, principalmente en Poza Rica.
Dos de las cuatro frases más relevantes de la alerta temprana o emisión de riesgos, establecidos mundialmente, fracasaron en las horas previas y durante el desbordamiento del río Cazones.
Las evidencias digitales, documentales y análisis de expertos en desastres mostraron una ruptura de la cadena de alerta temprana: una deficiente difusión y comunicación masiva de los riesgos hacia la población y, sobre todo, falta de capacidad de respuesta para enfrentar la inminente emergencia. Las alertas meteorológicas e hidrológicas fueron constantes durante los días y horas previas al desastre, pero sin llegar masivamente a los más vulnerables; la ausencia de una orden para la preparación ante un peligro eminente y la evacuación de posibles víctimas generó un desastre mayor.

“¿Se tomaron medidas preventivas adecuadas para evitar no la inundación, sino los posibles daños y pérdidas humanas?”, se le preguntó al investigador universitario y especialista en prevención de desastres Jorge Luis Vázquez Aguirre.
No. Hubo solamente algunas de las fases en el proceso de alertamiento. Los sistemas de alerta temprana o para la gestión de riesgos tienen cuatro fases mundialmente establecidas. Una sola pérdida humana es inadmisible”, advierte el investigador de la Universidad Veracruzana e integrante de la Comisión de Aplicaciones y Servicios Meteorológicos, Climáticos, Hidrológicos, Marinos y Medioambientales Conexos, de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Las intensas lluvias, los desbordamientos de ríos y deslaves dejaron en Veracruz 40 municipios afectados y 46 comunidades incomunicadas, siendo las regiones de Álamo y Poza Rica las más dañadas.
El experto dice que son cuatro fases de la alerta temprana que toda autoridad debe efectuar para enfrentar desastres naturales: conocimiento del riesgo, seguimiento técnico y pronóstico, comunicación y difusión de alertas y, por último, capacidad de preparación y respuesta. Con ellas se busca una transmisión oportuna de la información a la población y autoridades, y sobre todo tener listos planes de prevención, acción, evacuación, cierre de instalaciones y la implementación de medidas de respuesta y mitigación.
“Se debe (…) actuar con el principio de precautoriedad: empezar a desalojar, pues más vale prevenir y actuar con anticipación. En el momento que se avecinan lluvias torrenciales se deben tomar todas las medidas, se deben activar acciones de preparación, de acción y reacción”, expone. En el caso de las intensas lluvias registradas del 6 al 10 de octubre, y el desbordamiento de ríos en el norte de Veracruz, Vázquez Aguirre recuerda que los pronósticos de lluvias hablaban de tormentas excepcionales.
Tan es así —dice el experto— que la Secretaría de Protección Civil suspendió clases en todos los municipios del estado, y se alertó sobre el hecho de que se trataba de una “condición especial”.
Aclara que difundir y comunicar alertas sobre desbordamientos o evacuaciones en el nivel nacional no es atribución del Servicio Meteorológico Nacional, sino de la Coordinación Nacional de Protección Civil y de autoridades estatales de Protección Civil. Subraya que la autoridad tiene la obligación de alertar en televisión, radio, incluso de boca en boca, a la población sobre la probabilidad de que ocurra una situación, y así evitar pérdidas materiales y humanas.
“Alertamientos en cualquier medio que se tenga para comunicar a las poblaciones más vulnerables y a las personas más alejadas de los medios masivos o de aquellos que no tienen recursos o insumos para acceder a medios electrónicos o sofisticados de comunicación, para avisarles que están en peligro”, dice.
Las alertas que no se difundieron
A las 23:30 horas del jueves 9 de octubre, seis horas antes que la cresta del agua del río Cazones alcanzara con toda su fuerza y destrucción las partes bajas y medias de Poza Rica, la Conagua emitió una alerta que no dejaba lugar a dudas de la magnitud del problema.
“Entre 21:00 y 23:00 horas, el nivel del río presentó un súbito incremento de 2.20m, reflejando la magnitud del escurrimiento que actualmente se desplaza hacia la parte media de la cuenca. En Poza Rica el nivel del río ya se encuentra dentro de valores altos, por lo que al arribar esta avenida se prevé un desbordamiento inminente”.
Y se daban de siete a 10 horas máximo para que ocurriera.
Minutos después, la cuenta en X de la Coordinación Nacional de Protección Civil advertía que “las lluvias en la parte alta de la cuenca del río Cazones han provocado una avenida importante, con un nivel de 116.11m, es decir 1.91m por arriba del nivel de alerta en el Puente Cazones 1” y llamaba a la población a estar atentos a los avisos de Protección Civil del estado, tener a la mano radio, linterna y documentos importantes y extremar precauciones.
Ese era el momento de dar la alerta, pero las autoridades estatales no informaron sobre el desbordamiento inminente del río Cazones ni se ordenó la evacuación de las zonas en riesgo de Poza Rica. La inundación era inevitable, pero las vidas pudieron salvarse.
En una revisión hecha en las cuentas oficiales de Facebook y X de la Secretaría de Protección Civil y del gobierno de Veracruz, así como en un grupo de WhatsApp de difusión de comunicados institucionales, se encontraron avisos meteorológicos, pero en las horas previas al desbordamiento del río Cazones, que ocurrió entre las 05:00 y 06:00 de la mañana del viernes 10 de octubre, no hubo alertas ni orden de evacuación.
Los boletines y mensajes en cuentas oficiales de redes sociales de la Secretaría de Protección Civil Estatal —a cargo de la licenciada en antropología social, maestra en literatura mexicana y doctora en antropología Guadalupe Osorno— hacían llamados a estar alerta por las intensas lluvias.
La noche del 9 de octubre, Protección Civil estatal publicó en redes sociales mensajes sobre refugios temporales en Tuxpan, la suspensión de clases escolares en 38 municipios del norte de Veracruz y, después, a las 23:06 horas, hubo una actualización para agregar a Poza Rica.
El siguiente mensaje fue a las 05:56 de la mañana del viernes 10 de octubre —cuando la cresta de agua del río Cazones ya había invadido Poza Rica— para informar de la ubicación de tres refugios temporales. Tres horas después se publicó el pronóstico meteorológico, que preveía una disminución ligeramente del potencial de lluvias.
En la cuenta oficial del gobierno de Veracruz tampoco se emitió una orden de evacuación o una alerta por el “inminente” desbordamiento del río Cazones.
El grupo oficial de difusión de comunicados en WhatsApp del gobierno del estado compartió el jueves 9 las alertas meteorológicas de lluvias, un recorrido de la gobernadora Rocío Nahle por la región de Álamo, que para entonces ya sufría inundaciones, además de información varia. A las 21:44 horas, el gobierno notificó en ese grupo el aviso de suspensión de clases para la zona norte, y a las 23:10 la actualización, con el agregado de Poza Rica.
El siguiente mensaje fue el viernes 10 de octubre a las 08:26 horas, con un reporte de la conferencia de la presidenta Claudia Sheinbaum y la titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, sobre las afectaciones por lluvias en Veracruz.
Actuar a tiempo
El investigador Jorge Luis Vázquez Aguirre recordó que el cuarto pilar de la prevención es contar con planes de preparación y respuesta ante un posible desastre.
“No se trata de decir ‘estamos preparados’, sino de actuar a tiempo y también tener listos los recursos necesarios para desplegarse —como agua, alimentos, medicinas, vehículos y personal capacitado— en caso de un impacto de la amenaza. Y es evidente que en este caso, al parecer, no se tenía la preparación completa, porque cuando se materializaron las pérdidas no había en el momento los recursos para desplegar absolutamente todo lo que se pudiese necesitar”, expuso.
La gobernadora de Veracruz ha negado fallas u omisiones de Protección Civil por el desbordamiento del río Cazones.
“Aquí, en Poza Rica, a las tres de la mañana del día de los hechos, la alarma de Pemex sonó y Protección Civil empezó a vocear. De esa manera se pudo evacuar a miles de personas (…) Sí sonó la alarma y no había manera de medir la cresta antes”, dijo a medios el jueves 16.
Según testimonios recabados por EL UNIVERSAL, esa madrugada no todos escucharon el silbato de Pemex y la alerta por megáfono no se observó en las colonias.
Mensajes difundidos por autoridades federales y estatales:
MARTES 7 DE OCTUBRE
- Protección Civil estatal: Alerta Gris. Un incremento significativo del potencial de lluvias y tormentas en Veracruz en los siguientes días, con mayor impacto entre miércoles y jueves. Precaución ante probabilidad alta de encharcamiento e inundaciones pluviales, crecida de ríos/arroyos de respuesta rápida, deslaves, deslizamientos de tierra y derrumbes.
- Conagua: Pronóstico de lluvia acumulada a 3 días. Se prevén acumulados de 200 a 300 mm en zonas puntuales de las cuencas comprendidas entre Pánuco y Colipa. Atentos a posibles crecidas de ríos, deslaves y encharcamientos.
MIÉRCOLES 8 DE OCTUBRE
- Protección Civil estatal: Alerta Gris. Precaución ante probabilidad alta de encharcamiento e inundaciones pluviales, crecida de ríos/arroyos de respuesta rápida, deslaves y derrumbes.
- Conagua: Se prevé que este día sea de lluvias fuertes a intensas en gran parte de la entidad.
JUEVES 9 DE OCTUBRE
- Protección Civil estatal: Alerta Gris. Precaución ante probabilidad alta de encharcamiento e inundaciones pluviales, crecida de ríos/arroyos de respuesta rápida, deslaves, deslizamientos de tierra y derrumbes. Potencial de lluvias y tormentas significativas en Veracruz en las siguientes 24 horas.
- Conagua: 22:00 horas. Las precipitaciones continúan registrándose en la parte alta de la cuenca del río Cazones, lo que ha provocado una avenida importante en la estación automática Puente Palomas (Venustiano Carranza, Pue). A las 22:00 horas se registró un nivel de 116.11 m, esto es 1.91 m por arriba del nivel de alertamiento establecido para el puente cazones.
- Protección Civil estatal: 23:06 horas. Aviso de suspensión de clases escolares en 38 municipios del norte con rectificación para agregar a Poza Rica.
- Conagua: 23:30 horas. Seguimiento río Cazones, nivel en Puente Palomas alcanzando niveles MUY altos, atentos Poza Rica en las próximas 8-10 h.
- Protección Civil estatal: 23:52 horas. Las lluvias en la parte alta de la cuenca del río Cazones han provocado una avenida importante, con un nivel de 116.11 m, es decir, 1.91 m por arriba del nivel de alerta en el Puente Cazones 1 (Venustiano Carranza, Pue.), de acuerdo con Conagua (Comisión Nacional del Agua). Se recomienda extremar precauciones.
VIERNES 10 DE OCTUBRE
- Protección Civil estatal: 05:56 horas. Aviso de activación de tres refugios temporales por si “te encuentras en Poza Rica y los equipos en territorio te han indicado evacuar”, así como un pronóstico del tiempo, en el cual se señalaba que habría una disminución ligeramente del potencial para lluvias.
En pobreza 38 % de los afectados por las lluvias
El año pasado, 38.1 % de la población de Veracruz, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Querétaro, los estados más afectados por las recientes lluvias, estaba en situación de pobreza.
Esta cifra equivale a 8.9 millones de habitantes, 3.5 millones menos que en 2020, de acuerdo con información del Inegi.
Sin embargo, a consecuencia del desastre climático, expertos temen que una parte de estos 3.5 millones que salieron de la pobreza vuelvan a caer en esta situación o, incluso, en pobreza extrema, debido a la pérdida de su vivienda y medios de subsistencia.

“En los últimos cinco años, algunos habitantes de los municipios afectados podrían haber superado su estado de pobreza o pobreza extrema, pero lamentablemente por las afectaciones de las fuertes inundaciones, podrían haber retrocedido de nueva cuenta a ese estatus de pobreza o pobreza extrema”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL quien fue secretario ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz.
Aproximadamente 3 millones de personas habitaban los 91 municipios más afectados por las lluvias en estas cinco entidades, de los cuales 2 millones (67 % de su población) estaban en situación de pobreza en 2020, según la última medición municipal que realizó el extinto Coneval. Por ayuntamiento, es posible que la proporción de la población de menores recursos y más vulnerable al desastre climático sea peor de lo que a primera vista parece.
Llueve sobre mojado
“Hoy es válido tomar los datos de pobreza a nivel municipal de hace cinco años, porque es el último registro que tenemos de información oficial que nos podrían servir como punto de referencia de la situación en estas localidades”, explicó Nabor Cruz, quien es profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En 2020, el Coneval encontró que 1.6 millones (54 %) de los habitantes de los municipios más afectados de las cinco entidades carecían del acceso a los servicios básicos en la vivienda, y 851 mil (28 %) tenían problemas para conseguir alimentación nutritiva y de calidad.
También 540 mil personas (18 %) sufrían por la calidad y espacios de la vivienda, y 539 mil (18 %) carecían de acceso a los servicios de salud. Todos estos problemas se habrán agudizado por las recientes lluvias. El problema empeora si tomamos en cuenta que, según los reportes oficiales, los municipios donde el impacto de las lluvias e inundaciones fue peor registraron en su mayoría tasas de pobreza superiores a 70 % de sus habitantes en 2020.
Por ejemplo, Coyutla fue el municipio más afectado de Veracruz, donde 84 % de las personas se encontraban en pobreza hace cinco años, así como Espinal, en el mismo estado, con 78 % de su población atrapada en esta situación.
También están Tianguistengo, Hidalgo, donde 79 % son pobres; y Huehuetla, también en Hidalgo, con 76%. Igual destacan Tlacuilotepec, Puebla, cuya tasa de pobreza fue de 84 %; y Pahuatlán, 83 %; mientras en Tampacán y San Vicente Tancuayalab, ambos en San Luis Potosí, registraron una tasa de 77.1 %, respectivamente. En el caso de Querétaro sobresalen Pinal de Amoles, con 72 %, y San Joaquín, 43 %, indican datos del Coneval.
Pobreza superior a 90%
Hay municipios afectados por el desastre donde más de 90 % de la población se encontraba atrapada en la pobreza hace cinco años. En Puebla está Eloxochitlán, el municipio con la mayor tasa de todos, 96 %.
Le siguen Chiconcuautla, con 93 %, y Tlaola y Hutzilan, 92 % en cada caso. En Veracruz están Texcatepec, 93 %; Zontecomatlán e Ilamatlán, ambos con 92 %, y el ayuntamiento de Aquismón, San Luis Potosí, donde 91 % eran pobres.
En opinión de Nabor Cruz, hay cuatro factores de impactan a la población en general, y otros más para la que se encuentra en situación de pobreza.
El primero sería qué tan rápido se pueden recuperar las actividades económicas en cada uno de estos municipios, porque al destruirse varios caminos carreteros, todas las actividades agrícolas, ganaderas y otras van a detenerse semanas o meses.
Una primera afectación será por la pérdida temporal de empleo e ingresos laborales debido a la suspensión de actividades económicas.
El segundo factor tiene que ver con la rapidez en que se puedan reactivar las vías de acceso carretero, ya que de eso dependerá que se puedan seguir ofertando algunos servicios privados y sobre todo públicos gubernamentales, en especial educativos y de salud.
Un tercer factor es el estado de la vivienda, dado que por las inundaciones existe también un escenario de pérdida total de las casas o de los servicios de luz, drenaje y agua.
El último gran factor es el tema alimentario, puesto que —dado el estado de emergencia— podrían verse afectadas la temática y calidad de alimentación que reciban las personas.
Daño económico
Especialistas de Banamex calculan que los riesgos para la economía nacional son marginales en el corto plazo, pero localmente afectan a comunidades vulnerables.
Poza Rica, Veracruz, enfrenta desafíos logísticos que podrían retrasar el comercio de combustibles, aunque su peso es menor frente al municipio de Coatzacoalcos.
La sierra norte de Puebla, conocida por su producción de café de especialidad, pierde acceso temporal a mercados de exportación, afectando a pequeños productores que dependen de esta actividad.
En Hidalgo, la agricultura de subsistencia y el empleo informal sufren riesgos significativos, agravando la vulnerabilidad social en la Huasteca.
Querétaro y San Luis Potosí, con menos municipios afectados, ven interrupciones en el turismo y cultivos menores, opinan en Banamex.
Tareas urgentes
Frente a la problemática, Nabor Cruz sugiere una fuerte coordinación interinstitucional entre los tres niveles de gobierno.
Lo primero no sería propiamente un programa social, sino un plan de infraestructura para reponer la comunicación carretera, pues mientras se puedan recuperar lo más pronto posible los accesos vehiculares, todo lo demás va a fluir.
También se requiere apoyar las actividades educativas y de salud, así como un programa de fortalecimiento de alimentación, ya sea dotando de despensas o de comedores comunitarios en los municipios afectados.
Hay un gran riesgo en estos 91 municipios, pero entre más rápido se coordinen los tres niveles de gobierno y doten nuevamente de servicios de salud, educativos y de alimentación, y resuelvan los problemas de la vivienda, se recuperarán con mayor velocidad, expuso Nabor Cruz.
Desde la perspectiva de los analistas de Banamex, el gasto en reconstrucción, estimado hasta en 16 mil millones de pesos a través del gobierno federal, podría compensar parte de las pérdidas durante el próximo año, como ocurrió tras el huracán Otis, que impactó Guerrero en 2023.
JRL
