León, Guanajuato.- “León requiere un museo digno de la curtiduría y el calzado, máxime que la ciudad es la Capital Nacional del Calzado. Es lamentable que no lo tenga”, expresó el francés Manuel Miroglio Gouin, de Picaso Tours, durante el conversatorio Cuero y Calzado/Cuatro Miradas.
Agregó que “los intereses económicos y políticos no abonan mucho” al desarrollo de un museo en la ciudad.
Causó extrañeza que Yazmín Quiroz, titular de Turismo Municipal y representante de la alcaldesa Alejandra Gutiérrez, acudiera brevemente y no escuchara este planteamiento. La apatía, comentó otro de los asistentes, es uno de los enemigos. El cronista Luis Alegre puntualizó: “El museo es una labor de todos”.

Sobre el tema, el ingeniero José Francisco Alvarado Durán enfatizó que un museo es fundamental para divulgar la identidad cuerea y zapatera: “Un museo moderno, con la aplicación de todas las tecnologías necesarias, que difunda nuestros valores”.
El evento se realizó en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato y contó con la participación del empresario zapatero Paulo Vallejo y de Diego Francia, quien migró del negocio del calzado al giro de bares. Magdalena Zavala Bonachea, directora general de Museos, Artes Visuales y Exposiciones de la Secretaría de Cultura estatal, dio la bienvenida.
Historia de la curtiduría
El primero en intervenir fue el cronista de los curtidores, ingeniero Alvarado Durán, quien expresó su entusiasmo: “Porque aquí no voy a hablar de cosas técnicas ni de estrategias comerciales”.
Inició su exposición con una frase pintoresca: “León es taquero y huele a cuero. Donde hay tacos, hay carne; donde hay carne, hay cuero; y donde hay cuero, habrá curtido”.

Explicó que el inicio del cuero y la curtiduría en León se remonta al virreinato, con la llegada de los españoles y el ganado. La abundancia de recursos en la región favoreció también el crecimiento de los rebaños de ovejas.
Señaló que los colonizadores ibéricos adoptaron los métodos de los pueblos indígenas, quienes ya tenían bien establecido el oficio curtidor.
Al hablar de los mulatos, relató que estos trabajaron en la construcción de las 24 manzanas fundacionales y luego se asentaron en la zona más allá del Canal, hoy conocida como Julián de Obregón, en el Barrio Arriba.
Aclaró que no se puede hablar de fundación sino de población, y destacó que el Barrio Arriba terminó siendo de vocación curtidor. Celebró el binomio curtidores-zapateros: “Pagos con contrarecibos y decenas de vueltas”, comentó con humor.
Recalcó la importancia de preservar el proceso del paso de piel a cuero en forma tridimensional, la transformación en objetos útiles y, finalmente, su dimensión estética. Todo ello, sin descuidar el medio ambiente.
¿Quién es Manuel Miroglio?
Manuel Miroglio es un investigador y turismólogo francés a quien le despertó curiosidad conocer los elementos identitarios de León. Sus alumnos le respondieron: cuero y calzado.

Desde hace once años impulsa una ruta turística temática, pero lamentó que muchos leoneses aún no conocen una tenería, no han entrado a una pica o no visitan sitios como el bar La Chanclería.
A pesar de los intentos infructuosos de la Cámara de Calzado, falta un museo digno para esta ciudad. Pero a veces hay intereses económicos y políticos que no abonan en ese sentido. Mi deseo es que algún día exista un museo digno”, expresó.
Comentó que junto con Alvarado Durán trabajan en un proyecto en el Barrio Arriba para crear un Museo o Casa de la Curtiduría, con una visión alternativa y basada en alianzas.
Orgullo leonés
El empresario Paulo Vallejo narró su experiencia familiar en la industria zapatera. Explicó que representa la tercera generación de fabricantes de calzado y que en 2018 se sumaron al comercio en línea.
“Tuve que estudiar para entender el mecanismo. Ahora somos reconocidos a nivel nacional e internacional”, dijo, agradeciendo también el impulso de sus hijos, especialmente en marketing.
“Producimos calzado de calidad, eso es fundamental. Esa es nuestra vocación y se la he inculcado a mis hijos: hacer buen zapato”, enfatizó. Señaló que es crucial mantenerse actualizado, y que el zapato leonés es reconocido mundialmente.
Diego Francia se dijo orgullosamente leonés. Tras dedicarse durante diez años a la producción de sandalias y suelas, decidió emprender en el giro de bares.

Contó que sus padres, originarios de Morelos, llegaron a León en busca de mejores oportunidades. Su padre, tras un intercambio impulsivo en una borrachera, obtuvo una máquina de suelas sin saber usarla, pero con visión emprendedora.
Después me la heredó y puse mi taller. Trabajé diez años en el ramo, pero durante la pandemia los pedidos llegaron sin pagos”, relató.
Así surgió su idea de abrir un bar como homenaje a la industria zapatera, con un mural que representa una pica y el Arco, obra del artista Jorge Barajas. “Debemos sentirnos orgullosos de ser de León”, finalizó.
Sueña Federico Zermeño con revivir el Munpic
El presidente de la Asociación del Museo Nacional de la Piel y el Calzado (Munpic), Federico Zermeño Padilla, aseguró que el proyecto aún no ha muerto y buscarán el apoyo de la candidata del PAN a la gubernatura, Libia Dennise García Muñoz Ledo para poder rescatarlo.
“Este proyecto es más importante que la Feria de León aunque la gente no lo cree y este problema es político, desgraciadamente el Munpic no tiene recursos ni para pagar un abogado para un amparo, es donde la sociedad se tiene que plantear qué tan importante es tener instituciones de este tipo.
“Hay que hacerle una difusión a lo que está pasando en otras ciudades para ver en dónde estamos, y por más que se diga que esta ciudad es una ciudad grande, es una mentira gravísima, somos grandes por el número de gente. Los invito a ir a Mazatlán para ver lo que se ha hecho, es una ciudad pesquera, turística y tiene un acuario que es el mejor de México, también construido por iniciativa privada”, expresó.
El Munpic estaría ubicado en un predio de 5 mil 837 ubicado en la esquina del bulevar Vasco de Quiroga y la calle Olimpo, a un costado del Estadio León, fue cedido en comodato en 2009, durante la administración municipal encabezada por Ricardo Sheffield Padilla y finalmente donado en 2013.
Y de acuerdo a la firma “TEN Arquitectos” encabezada por Enrique Norten, arquitecto encargado del diseño, este fue conceptualizado desde 2006.
La inversión hecha fueron 100 millones de pesos y se perdió. De acuerdo a Zermeño Padilla hubo al menos 50 millones de pesos que dio el Gobierno del Estado en la administración del exgobernador Juan Manuel Oliva Ramírez, cinco millones del Gobierno Municipal de León y aportaciones de particulares que buscaban apoyar este proyecto.
Y en ese momento para equiparlo y ponerlo en funcionamiento se requerían otros 200 millones de pesos. Ahora lo que queda son los vestigios del 15% de obra civil que se alcanzó a hacer junto con el diseño, con el recurso que se tuvo.
DAR
