Irapuato, Guanajuato.- Con gran fervor y fe, cientos de irapuatenses se dieron cita para la misa de Domingo de Ramos en la que aprovecharon para bendecir sus palmas y con la cual comienza la semana mayor.
El obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, realizó una oración previa a la misa dominical de mediodía, donde habló sobre la importancia de la semana de pascua y destacó la importancia de celebrarla en familia y con respeto.

La Procesión de Domingo de Ramos en Irapuato inició con la bendición de las palmas y posteriormente se llevó a cabo la procesión desde el templo de San José a la Catedral de Irapuato donde el Obispo llevó a cabo la homilía con cientos de personas que se dieron cita.
Con cantos y levantando sus palmas ya benditas ingresaron a la Catedral donde el Obispo ofreció misa dando por iniciadas las actividades de la Semana Santa.

En rueda de prensa, el religioso mencionó que el Domingo de Ramos es cuando inicia la Semana Santa y con ello se llenan las calles y las iglesias de ramos y cantos a Cristo Rey.
Queremos acompañar a Jesús, queremos hacer el memorial de aquella entrada triunfal en Jerusalén, triunfal por tan sencilla que parezca la podremos llamar triunfal, pero es una entrada lejos del triunfalismo y lejos del poder que aplasta”, dijo.
Expresó que la entrada de Jesús en sus tiempos fue de manera sencilla, muy diferente a lo que hacen actualmente los gobernantes, donde se tiene un falso mundo y se deja de lado la dignidad de las personas.

“Una sociedad que olvidándose de las necesidades del que sufre, hace ostentaciones de riquezas y de lujos, Domingo de Ramos es una llamada al respeto de la dignidad y respeto de las personas en cuanto a la persona misma, no en cuanto produce o en cuanto tiene, muchos quisieron callar a Cristo en aquellos tiempos y en nuestros tiempos, nos hacemos sordos y no queremos escuchar sus palabras”, dijo.
Refirió que a las personas les irrita la existencia en la dignidad y en cada uno de los hombres como hijos de Dios, pero hoy al igual que la antigüedad, Cristo proclama su palabra con libertad y valentía.
DAR
