Son manos que tejen la fe, en la tradición de recordar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en el conocido como Domingo de Ramos; artesanos de todas las edades que provenientes de varios puntos de Hidalgo y estados circunvecinos desde este jueves 10 de abril llegaron a Tulancingo.

Como cada año se esperan que sean docenas de ellas y ellos de todas las edades, son los que se aposentarán en las entradas de los templos del centro como el de Nuestra Señora de los Ángeles y la Catedral Metropolitana.

Su labor es una verdadera procesión llegar de comunidades lejanas que requieren hasta más cuatro horas, después esperara que les permitan poner sus puestos a ras de piso y lo de mayor dificultad, obtener un rincón para dormir.

Las palmas son entrelazadas con esa memoria que tienen sus manos, otras llegan hechas de lugares como Veracruz.

Los precios van desde los 10 pesos, y se utilizan para ser bendecidas en cada una de las misas, en este caso este domingo 13 de abril.

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