Guanajuato, sur.- Autoridades de Moroleón y Uriangato detectaron que los vendedores de pirotecnia en estos municipios se surten en el tianguis de Valle de Santiago, donde sí tienen permisos para su comercialización, mercancía que revenden de manera clandestina y sin regularización.
No obstante, Protección Civil y Seguridad Pública de las dos localidades informaron que las sanciones y aseguramiento de pirotecnia ya corren a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), por lo que en lo municipal solo se hace vigilancia y labores de prevención para concientizar a la población del uso de esta mercancía.
“Se está vigilando en las escuelas y los puestos que venden pirotecnia de menor impacto como las cebollitas, cerillitos y esos productos, sabemos que esconden o no exhiben los cohetes de más impacto y más peligrosos, pero ya no podemos confiscar nada, este ya es un tema federal”, expresó Arturo Zamudio, titular de Protección Civil de Moroleón.
Advierten peligrosidad de usar pirotecnia
La mayoría de los vendedores de pirotecnia en los dos municipios se surten en Valle de Santiago, donde hay un tianguis de estos productos y sí cuentan con los permisos necesarios para la venta a mayoreo y menudeo, pero en Moroleón y Uriangato aclaran que no hay permisos para venta de estos productos.

Mucha gente vende la pirotecnia por dentro de sus casas, no exhiben las cosas, se venden por redes sociales, es muy fácil conseguir cuetitos; nosotros solo vigilamos la cuestión de que no se afecte a terceros en las calles o no se haga un incendio, pero aquí entra también el trabajo de los padres para educar a sus hijos en la prevención, nos encontramos a niños hasta de menos de 10 años manipulando pirotecnia sin vigilancia”, indicó Humberto Cerrillo, titular de Seguridad Pública de Uriangato.
“Comprar cuetitos es como comprar dulces, hasta afuera de la escuela los venden, pero yo creo que sí tenemos que limitar a los niños en eso porque puede pasar una tragedia como ha pasado en otros años y luego ahí andamos culpando a las autoridades que nada tienen que ver”, dijo Carolina López, madre de dos estudiantes de primaria en Moroleón.
JRL
