Como parte del Festival Internacional de Cine de Guanajuato se proyectaron siete cortometrajes . Foto: Fernando Martínez

Irapuato.- El dolor, la esperanza, el encontrar lo que uno quiere fueron las sensaciones que dejó la proyección de siete cortometrajes en el Teatro de la Ciudad de Irapuato, durante la edición número 28 del Festival Internacional de Cine de Guanajuato GIFF.

El cortometraje ‘Amare’ del director Balam Toscano trata sobre una mujer afrodescendiente, que se ve obligada a emigrar a Estados Unidos para apoyar a su familia, pero sobre todo a su pequeña hermana, Cielo. Catorce años después, Amare, regresa a su pueblo natal para el velorio de su padre. Enfrentada al peso de los años, los silencios, y reconciliarse con su hermana, su madre y las raíces que dejó atrás.

De los directores Amaury Barrera, Audrey del Piccolo se proyectó ‘Yanga’ que narra cómo una joven se embarca en un viaje transformador por la costa oaxaqueña, donde los límites entre los sueños y la realidad se difuminan. Mientras navega por su paisaje personal de dolor y pérdida, descubre un vibrante mundo ritualístico que entrelaza sus experiencias con el legado de Yanga, la primera liberadora de esclavos africanos en México y América.

Mientras el cortometraje ‘Weird Dancing in All-Night Computer-Banking Lobbies’ sigue a Moisés, un hombre atrapado en la rutina, quien se adentra en un mundo irracional al descubrir la magia del K-pop. Lo que empieza como una curiosidad se convierte en una experiencia transformadora, liberándose de su monotonía al ritmo de coreografías inesperadas que le revelan un nuevo cariz de sí mismo, esta cinta es dirigida por Gustavo Hernández de Anda.

Mientras ‘The Southern Wind’, del director Diego Huizar, se centra en Omar, un migrante mexicano que trabaja en una fábrica en Canadá, es el único obrero bilingüe del lugar. Un día, le ordenan traducir una noticia devastadora a su compañero Joaquín. ¿La noticia? La muerte del hijo de Joaquín.

Asimismo los directores Moisés Anaya (mexicano) y Åsa Welander (sueco) presentaron el cortometraje ‘Tamayo‘, que es un retrato visual del joven artista peruano, Lenin Tamayo, que se ha convertido en un nuevo fenómeno de las redes sociales con su mítico K-pop en quechua. Lenin reflexiona sobre el papel de su música en un país con un racismo profundamente arraigado. Su manifiesto musical expresa los sueños, los miedos y la energía de una comunidad joven en Lima, la capital de Perú.

Y como la vida misma el director Lau Charles, presentó a Valentina, de cinco años, y su hermano Quique, de once, conocen a la otra familia de su padre. Sus vidas cambian para siempre al descubrir que su media hermana tiene la misma edad que Valentina. A través de las miradas infantiles, la película reconstruye los recuerdos fragmentados de la directora, culminando en una imagen reveladora: su verdadera familia, 25 años después, en este cortometraje llamado ‘Casa chica’.

Para finalizar este apartado de cortometrajes en el GIFF, la directora Jenny Rosiquez, mostró su filme ‘Impostor Syndrome”, donde Elías es un joven que, tras tener un gran inicio con su carrera como escritor de terror, se enfrenta a un bloqueo creativo repleto de inseguridades. Esto lo lleva a buscar a Mercedes, su terapeuta de confianza. A través de una sesión de terapia psicológica, Elías recuenta los hechos de la última ocasión en la que trató de escribir, así como los misteriosos y terribles sucesos alrededor de su proceso creativo. ¿Será que Elías sufre de síndrome del impostor? ¿O algo antiguo y aterrorizante lo está influenciando?

En esta experiencia reflexiva, el cine experimental de estos cortometrajes, permitieron a los irapuatenses adentrarse en ideas, emociones que en ocasione se pasan desapercibidas, pero generan los recuerdos y las sensaciones de la vida misma.

LCCR

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