León, Gto.- Leoneses disfrutan del concepto “15 x 15”: 15 espectadores por sala y 15 minutos por obra. Esta es la magia del Necroteatro, un formato que sitúa al público cara a cara con los actores, generando una cercanía y una inmersión únicas.
Esta nueva fórmula de hacer teatro es un experimento escénico que se sale de lo convencional y lo comercial para regresar a la esencia del arte. El foro es una casona ubicada en la calle Independencia #125, a unos pasos de lo que fue la Sala Madrid.
Las compañías Cardumen Colectiva y Fixz Productions, con su proyecto Necroteatro, presentaron cinco obras:
En la sala uno se presentó “Amigrifos”. Con la dirección y dramaturgia de LEUFFA; y las actuaciones de Jonathan Stephens, Humberto Rochez e Israel Ponce.

La sala dos contó con “Buscando el Origen”. Obra de Isabel Zamudio sobre habitantes del mundo “con la sangre cuajada de
teatro”. La dirección corre a cargo de Adelina Bello, con las actrices Mitzi Rodríguez y María Zúñiga.
La sala tres por su parte presentó “Fuegos Fatuos”. Dramaturgia de Obdulia Moreno, quien también funge como coordinador general de todo el engranaje y las puestas en escena, demostrando su largo recorrido en el medio cultural.
“La Ascensión de Soledad” de Melisa Olivares se presentó en la sala cuatro, bajo la dirección de Gemma Quiroz y las actuaciones de Verónica Herrera como Ascensión y Daniela Danaé como Soledad.
Finalmente la sala cinco presentó la obra “La Nota Roja”. Con la dramaturgia de Lidia Almanza, dirección de Manuel Gil y en los roles principales Alejandro González y Lidia Almanza.
El grupo de logística demostró su oficio y buen hacer al movilizar a los grupos de forma precisa y comedida, guiando a las 15 personas a sus asientos en cada sala.

El misticismo de “La Ascensión de Soledad”
A quienes les correspondió el grupo cuatro, disfrutaron de la obra “La Ascensión de Soledad”. El foro, una recámara de la casona, impactó desde el inicio: Soledad, personificada por Daniela Danaé, se encuentra acostada en una cama, mientras sonidos y supuestas voces la asedian e interrumpen su sueño.
Tras un despertar abrupto, aparece Ascensión, quien le pide a su compañera no asustarse y le confiesa: “Escucha a los fantasmas, mi esposo no creía en ello”. Cuando la joven pregunta la razón de escucharlos, Ascensión le responde: “Para liberarlos”.
Soledad, una mujer joven de cabello abundante, relata las visiones que tiene en sus sueños, mismos que “casi la ahogan”, y expresa su deseo de retirarse.
Necroteatro trajo cinco propuestas independientes:
Ascensión explica el significado de su propio nombre desde la perspectiva cristiana o católica: “Dios ascendió al Cielo. La Virgen María también fue asunta”. La joven, amagando con irse, toma una bota y simula beber vino para calmar su dolor.
Tras contar sus sueños, un relato un tanto ininteligible, Soledad finalmente cede ante la idea de bañarse. Es en ese momento que se menciona su embarazo o un tema relacionado. Ascensión la baña, en lo que parece ser una especie de sanación espiritual. Soledad es cubierta con una bata blanca y se retira, no sin antes entregar un recado a Ascensión.
Esta última lo interpreta, pide perdón a un ser inanimado, y las luces desaparecen.
Con una buena actuación de las intérpretes y una dirección correcta, “La Ascensión de Soledad” es una obra recomendable que forma parte de la oferta de Necroteatro en Independencia #125, a media cuadra de la Preparatoria Anaya (esquina con Rosas Moreno).
DMG
