“Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”. La frase se repetía una y otra vez, como algo que aún no se quiere apagar. Eran poco antes del mediodía, alrededor de las 11:45, cuando unas 40 personas comenzaron a caminar por las principales calles de Guerrero, en Pachuca. Avanzaban despacio, con el sol pegando de frente y la mirada fija en el destino: las puertas del Palacio de Gobierno.

Las pancartas con rostros ausentes acompañaban cada paso. Se mezclaba la rabia con la esperanza, la exigencia con la desesperación. “Queremos que nos atiendan de verdad decían algunas voces, porque escuchados ya hemos sido, pero eso no basta”.

Al frente iba Óscar Muñoz Aguilar, padre de un joven desaparecido desde hace 17 años y líder del colectivo Buscando hasta encontrarte. Con una calma que parecía forzada por el dolor, recordó que la Comisión de Búsqueda de Personas tiene casos detenidos desde hace más de una década: “Tenemos al menos diez expedientes entre ocho y quince años sin avances”.

Actualmente, explicó, el colectivo lo integran entre 30 y 45 familias. Todas, con un mismo reclamo: que se deje de investigar por separado y se trabaje de forma general, porque como él mismo lo resumió “buscando a uno, buscamos a todos”.

De igual forma habló de un pendiente que duele: los 672 cuerpos y restos óseos que permanecen sin identificar en el Servicio Médico Forense. Un freno, dijo, para que las familias puedan al menos tener un cierre. Hace unas semanas sostuvieron una reunión con Francisco Fernández Hasbun, encargado de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, pero hasta ahora no hay avances reales.

Antes de retirarse, los manifestantes pidieron a Luisa Yuriley Gonzaga Ramírez, nueva titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, un compromiso distinto al de su antecesora, Ernestina Vázquez López, de quien aseguran no hubo resultados.

La caminata terminó frente al Palacio de Gobierno. El aire quedó lleno de consignas, y el silencio posterior fue igual de pesado. Cada nombre que se gritó en la marcha volvió a quedarse suspendido en el ambiente, como si las calles mismas se negaran a olvidar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *