Grupos colectivos invierten tiempo, dinero y desgaste emocional para habilitar y sostener refugios para animales en desamparo, principalmente de compañía, como perros y gatos. 

 

Es el caso de “La Jauría de Balú”, una asociación privada que constantemente acoge animales en situación de calle, heridos o enfermos, lo que les representa constantes erogaciones, incluso para alimentación, servicios médicos y medicinas. 

 

 

MENOS ADOPCIONES

Alba Luisa Jiménez del Ángel, presidenta del colectivo, reconoció que es difícil mantener el refugio de lomitos y felinos domésticos. 

 

Esto se dificulta aún más debido a que ha bajado el número de adopciones de mascotas que reciben atención en el refugio. 

 

“Tan solo de alimentación se ocupan siete bultos de croquetas al día, lo que representa un gasto constante”, comentó respecto a la albergue que sostiene en Mineral de la Reforma.

 

 

APORTACIONES GENEROSAS

La presidenta mencionó que las personas interesadas en hacer aportaciones para la manutención del refugio pueden llamar al teléfono

775 206 6876. 

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