Terry y Esteban Emmanuel Hernández Orozco son amigos desde hace siete años y medio. De eso va esta historia.
Terry duerme abrigado con las cobijas que Esteban Emmanuel tendió para que se proteja del intenso frío de la noche en Pachuca, mientras se gana unos pesos a cambio de barrer fuera de los establecimientos Oxxo como lo ha hecho desde hace tiempo.
“La verdad, la verdad, prefiero que coma él, a que coma yo”, dice Esteban Emmanuel, de 42 años de edad, a quien le brillan los ojos oscuros con un mentón enmarcado por una barba de varios días.

LEE TAMBIÉN: Tras muerte de puma, exige Biofutura al gobierno de Hidalgo estrategias de preservación
TERRY ESPERA
Cuando los policías municipales de Pachuca detienen a Esteban Emmanuel sin razón alguna, lo cual ha ocurrido varias veces, Terry espera impaciente el regreso de su amigo.
Esteban Emmanuel siempre ha regresado y eso a Terry le da confianza para dormir en esta noche gélida de diciembre.
“Ya somos familia, como si fuera mi hijo, es bien entendido y me obedece mucho. Me cuida”, dice Esteban Emmanuel con una enorme sonrisa que muestra sus dientes, le falta uno, después se acomoda el cubrebocas.
ESTEBAN PASA FRÍO
Terry, de color café, permanece envuelto en las cobijas a un costado de la entrada del Oxxo de San Javier, a un lado de una escoba verde, mientras que Esteban Emmanuel porta una delgada playera, un gastado pantalón y un gorro gris de los Patriots.
Se sujeta un brazo, después el otro; frota sus manos curtidas por el trabajo, seguramente frías por el duro invierno; las peripecias de vivir en la calle.
“Lo tengo desde que era cachorrito. Yo vendía dulces. Me lo dieron para que lo tirara a la basura, pero me lo llevé a mi casa. Desde entonces ha sido mi compañero”, recuerda el hombre originario del Estado de México, quien llegó a Hidalgo hace 15 años.
TE PUEDE INTERESAR: Operan a perrita que gasero atropelló en La Providencia; exigen a empresa pagar gastos
JORNADA DE TRABAJO
A las 7:00 horas Terry y Esteban Emmanuel bajan de la colonia Cubitos a las panaderías La Esperanza y La Villita para iniciar su jornada laboral.
También visitan las farmacias Guadalajara para barrer y limpiar vidrios y la gente los apoya. Gracias a Dios, cuenta Esteban Emmanuel, les va bien.
“Cuando empieza a oscurecer, tomamos nuestras herramientas y cobijas para trabajar otra vez hasta la media noche o una de la madrugada”.
Terry y Esteban Emmanuel un día van a un lugar y el siguiente a otro. Los encargados de los establecimientos les dan permiso y también les regalan café, pan y comida para perro.
ESE DÍA LLEGARÁ
Esteban Emmanuel se prepara poco a poco para el día en que Terry ya no estará. “Mi cachorro ya va para abajo, es parte de la vida”.
Los dos amigos trabajan en Año Nuevo, esquivando a las patrullas de la Policía Municipal de Pachuca, cuyas torretas encendidas en azul y rojo les anuncian que deben buscar otro sitio donde ganarse la vida. Así es la ciudad.
