Veracruz.- Un niño fue secuestrado y asesinado a pesar de que su familia pagó 5 mil pesos de rescate.
El pasado lunes 24 de junio, antes de irse a la escuela, Carlitos se despidió de su mamá. Y esa fue la última ocasión que se vieron, sin saber que no habría otra.
El pequeño de 13 años se enfiló hacia la secundaria Jesús Reyes Heroles, en Xalapa, Veracruz. Aquí comenzó la tragedia.
Carlos Arturo N.V. debía volver a su domicilio alrededor de las 20 horas, pero no lo hizo. Y hasta pasadas las 23 horas la madre, con mucha preocupació por la ausencia de su hijo, recibió una llamada que cambiaría su vida.
¿Mami, cuánto vale mi vida?, “¿Por qué, mi amor?, ¿dónde estás? Y luego una voz gruesa tomó el rumbo de la negociación.
¿Valoras la vida de tu hijo? Vas a depositar 100 mil pesos mañana si quieres volver a verlo.
Luego, los secuestradores colgaron y dejaron a la señora con la encomienda de juntar el dinero.
Sin dinero para pagar el rescate
Rosa tenía 150 pesos que ganó de limpiar pisos y ventanas. De inmediato se puso a reunir dinero entre familiares y conocidos. Juntó mil 200 pesos.
Me marcaron a las 7 de la mañana y les dije que no tenía más. Es que de verdad no tenía más.

En ese sitio, probablemente Lorenzo “N” y Joaquín “N” privaron de su libertad al menor, para posteriormente llevarlo a un lugar conocido como “Cerro del estropajo”, ubicado a unos metros de la terminal de autobuses Jaramillo, cerca de un tanque de agua.
En ese lugar, el chico de 13 años, estuvo cautivo al menos cuatro días.
Paga el rescate de 5 mil pesos
La impaciencia de los secuestradores provocó que el rescate se fijara en 5 mil pesos. Ellos, aseguraron, enviarían a Carlos en un taxi hasta su casa. Era mentira.
Rosa entregó en tres partes la catidad exigida, dos despósitos los hizo desde un banco a la cuenta de una persona ya finada, confirmaron autoridades a la madre.
El tercer pago por 2 mil pesos lo entregaría Rosa en un sobre de color amarillo en un predio ubicado en el municipio de Teocelo, a unos 25 kilómetros de Xalapa, capital de Veracruz.
Los dos secuestradores fueron detenidos en operativos distintos; uno de ellos confesó, que parte del pago del secuestro, lo ocuparía para una “deuda por drogas”.
Recibe Rosa la mala noticias
El 27 de junio, una llamada sacudió el cuerpo de Rosa.
Nunca me esperaba que me lo mataran. Mi vida se vino para abajo. Lo asfixiaron con una bolsa de plástico. Me lo dejaron con pura ropa interior, en una bolsa negra, semienterrado en una fosa.
Por último, la señora pide justicia para su hijo y que las autoridades la apoyen en lo posible.
