El término “cambio climático” no es solo un modismo, se trata de el terrible daño que se ha hecho al planeta, desde todos los sitios, en la región Tulancingo hay claros ejemplos de estos desastres, que han cobrado su cuota en perjuicio de los habitantes.
Lo anterior es expuesto por el biólogo Julio César Perea Ortega egresado de la UNAM generación 1982: “desde pequeño me gusto la ecología, me apasionó como al llevarla como una materia se trata de humanismo, de tener conocimiento de la importancia del cuidado del mundo”.
Originario de Tulancingo tuvo la oportunidad de trabajar en la Secretaria de Agricultura, desde donde pudo dar pláticas y capacitación a campesinos y compañeros, así como darse cuenta de los equívocos, desidias, desinterés y falta de conocimiento de los gobiernos para evitar daños a la tierra.
“Para el cambio climáticos son varias alteraciones de factores, en los cambios físicos y biológicos que conforman el medio ambiente, principalmente hechos por nosotros los humanos como depredadores: en tala inmoderada, pérdida de mantos acuíferos, cambios estructurales de los ecosistemas y de uso de suelo.
En 1989 hizo la observación que el azolve de la presa La esperanza municipio de Tulancingo y dijo de la posibilidad de una inundación, años después sucedió.
También el que quitarán las represas, para construir la Universidad Tecnológica de Tulancingo (UTEC) y una fábrica de me4zclilla, que permitían la contención de agua de lluvia de la parte alta del Valle y que por hoy hacen el fuerte caudal a los costados de la carretera.
La mala urbanización y cambio de uso de suelo que da como resultado los encharcamientos en zonas urbanas, que se han incrementado en los últimos años.
“Desde hace más de 4 décadas Acaxochitlán es el foco rojo de la tala inmoderada, en ese tiempo estaban registrados 52 aserraderos, trabajando madera de los bosques de esa zona, lo que va llevar a un colapso ambiental, por lo que se necesita legislar y hacer leyes que sancionen rigurosamente”.
El profesionista dijo que es urgente el cambio de mentalidad, que la educación ambiental debe de ser desde que aprendemos a leer y escribir. “miren es observar y ver un árbol y saber que representa barriles de agua en un 80%, que alimentan los mantos friáticos, dando utilidad al agua de lluvia además de regularizar al viento, entre otros muchos beneficios”.
Julio César Perea Ortega tiene en su haber un estudio y aplicación en educación de este tema, que daremos a conocer más adelante.
