Inició en 1987 como un trío se ha convertido al paso de los años, el grupo musico vocal “Romance” de Tulancingo, con cientos de seguidores y el que prácticamente cada semana con su componente especial que es la alegría amenizan reuniones, fiestas y escenarios populares.
Es un puñado de talentos locales, músicos líricos, con tan afinado oído que prácticamente al instante que le pidan una canción pueden interpretarla, por lo que su repertorio es de cientos canciones.
Fue hace 38 años que tras formar parte de un coro religioso animados por Héctor y Alejandro Mata iniciaron su aventura musical, con sólo 8 canciones tocando guitarras y requinto, se integrarían Ángel Alfaro, el fallecido Oscar Mosqueda, Marcos, Gerardo Serrano, Beto Ánimas, Ónesimo Ávila, Carlos de la Rosa y Marco Rosas.
Al paso de ese tiempo con un sello particular en las buenas armonías de voces e instrumentos, interpretando géneros como ranchero, romántica pero también cumbia o la que les pidan y la peculiaridad de hacer reír a su audiencia y pararla a bailar.
“Estamos muy agradecidos por quienes no siguen, incluso en las semanas de la pandemia del Covid-19 mientras muchos de nuestros compañeros no tuvieron trabajo; a nosotros nos contrataban íbamos bien protegidos con mascarillas”; recordaron para AM Hidalgo.
Su amor por la música los ha llevado a tener composiciones propias como las de Gerardo “Mi obsesión” y “Linda chiquilla”, Alex Mata con “Amigo mío”; también grabaron un disco teniendo como productor a Emiliano Hernández, hace unas semanas tuvieron un gran reto para un disco de Radio y Televisión de Hidalgo, transformar una composición de reguetón a bolero y vaya que Romance lo logró.
Como emblema de la música en Tulancingo han sido invitados a dos programas de Televisa recordad como lo fue “Mi barrio” y continuamente se presentan en escenarios como los teatros del pueblo de las ferias, no sólo de Hidalgo sino también de estados circunvecinos.
Se consideran una familia “Romance” para rato o “hasta que el cuerpo se los permita”, dicen sonriendo; bien trajeados, abrazando sus instrumentos que se han convertido en una extensión de su cuerpo, recién salidos de una tocada, nos recuerdan que con la música la vida es más sabrosa y más con quienes hacen de su pasión un sello de calidad.
