Lo que esta escrito de él, no le hace justicia a su lucha incasable como político y su gran legado y mucho menos en Tulancingo se conoce respecto al insigne Manuel Fernando Soto Pastrana quien nación en estas tierras el 5 de julio de 1825.

Precisamente por el bicentenario de su Natalicio desde el jueves de esta semana y hasta hoy sábado se llevan a cabo una serie de actividades.

La primera fue la conferencia por el maestro Eduardo Cruz Beltrán, continuando con los integrantes del Taller de Historia de Tulancingo, Santos Marroquín, Francisco Palacios, María Esther Pacheco y Lorenia Lira.

Se conocieron datos curiosos como su parentesco con el también tulancinguense compositor y pianista Aniceto Ortega del Villar nacido en el mismo año y de otro ilustre de la época Gabriel Mancera García quien se dice como un obsequio en la entonces estación de tren que se ubicaba entre Huapalcalco y Napateco la llamó Sototlán en su honor.

Así como su importante contribución a la creación del estado de Hidalgo, pero además del de Morelos y Querétaro, las aportaciones importantes a la Constitución de 1857

Fernando Soto tuvo los primeros años de su formación escolar los tuvo en Tulancingo y después en la Ciudad de México en el Seminario Conciliar y se le recuerda como defensor de la libertad de la enseñanza.

Los cargos que desempeñó y que como diputado al conocer a representantes y empresarios de Estados Unidos ya proyectaban la construcción del canal interoceánico que conectara el Atlántico con el Pacífico.

Que en el siglo 19 ya se estaba gestando el de Panamá y se hablaba de otro en el Istmo, Soto Pastrana propuso otro en el centro del país debido a que era conocedor y sabía de los productos de la región por su calidad como los agrícolas que podían alimentar a los mineros de Pachuca y Real del Monte.

Como esos los amantes y estudiosos de la historia, dieron a conocer más datos, que no hay en libros ni se pueden consultar tan fácilmente de quien fuera uno de los tulancinguenses más destacados Manuel Fernando Soto Pastrana.

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