Como oportunidad única para abrir el panorama cultural y artístico en su etapa de formación, estudiantes de la primaria de la comunidad de Loma Larga, municipio Acatlán, fueron parte de la apertura de temporada de los conciertos de Coros y Orquestas Infantiles de México (COIM) 2025 en la icónica Sala Nezahualcóyotl de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La tarde del lunes 9 de junio, su presencia y esfuerzo les dio una mención especial por el director y fundador del método musical Guillermo Sánchez: “Vienen de más allá de Tulancingo, les pido un fuerte aplauso”, expresó de chicos de la escuela multigrado José María Morelos y Pavón, quienes desde las cinco de la mañana empezaron caminar para llegar a las 6:00 horas abordar el camión que los trasladó a la Ciudad de México.

Para varios de ellos, entre niños, padres y abuelos, fue la primera vez en visitar la gran urbe.

Loma Larga está enclavada en la reserva de la Biosfera Barranca de Metztitlán, hace dos años llegó quien funge como director y profesor Alfonso Mendoza, quien quiso dar oportunidad a sus alumnos de involucrase en la música, el arte y la cultura teniendo que empatar su anhelo con el programa de la SEP, para obtener los permisos.

Hizo cómplice a su amigo el músico y profesor de canto Javier Lugo, quien, sin importar la distancia para trasladarse de Tulancingo a la barranca empleando casi dos horas para llegar y otro tanto de regreso, les empezó a dar clases una vez a la semana por un par de horas, con la mira puesta en llevarlos al concierto de gala.

Con el apoyo de padres de familia, mediante unos cuadernos especiales creados por el COIM, durante 24 meses estuvieron aprendiendo.

Así llegó el gran día, nuevamente sus progenitores y autoridades hicieron lo suyo para cumplir con el objetivo figado, más el extra. En el trayecto se maravillaron de ver un tren, el teleférico, los grandes edificios.

Para complementar la actividad cultural y artística, visitaron el centro histórico, los vestigios del Templo mayor, el museo del Estanquillo, el Palacio de Bellas Artes, comieron en el autobús y cambiaron su atuendo por vestidos y camisas blancas, pantalón y corbata negro.

Por cierto, las mamás se organizaron de tal manera que llevaron ricos tamales, emparedados, gelatina, fruta y más.

MÚSICA QUE TOCA EL ALMA Y EMBELESA

El grupo de los chicos de Acatlán fueron colocados en el ala izquierda del escenario como parte del monumental coro de más de 500 voces e instrumentos.

La orquesta de maestros de sinfónica con la batuta de Guillermo Sánchez inició la música que embelesó y tocó el alma, interpretaron la canción que Cante los Niños, lágrimas de los padres de familia, quienes antes y en el intermedio gritaban para que sus hijos los vieran en la butaca mientras les formaban corazones con sus dedos.

Una canción para el papa, el Bosque de la China, un popurrí de canciones románticas de antaño, entre otras más, fueron parte del repertorio, con las voces bien entrenadas de los pequeños y otras acompañando tocando la flauta de dulce y melódicas; aplausos al por mayor, y de pronto el grito que estremeció ¡Viva Loma Larga!, el director orgulloso de sus niños.

Gritos y aplausos cuando a los profesores Alfonso y Javier les dieron un reconocimiento, y en el cierre del concierto, Ahí nos vemos, cocodrilo.

Un regreso apacible, el cansancio venció y durmieron. Los artistas acatlences llegaron a casa pasada la medianoche, con una experiencia que seguramente les cambió la vida.

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