Con un portón y frontón que la hace única en el país, la Catedral Metropolitana distingue a Tulancingo entre los monumentos históricos de relevancia; ese dato, así como el del hallazgo de una figura prehispánica y pinturas de la misma época, fueron detallados en una de las conferencias con las que en la galería Ábside festejaron los 157 años de ser declarada ciudad a esta demarcación.
Fluida, mostrando su profundo estudio y conocimiento del tema la Maestra María Esther Pacheco Medina se llevó los plausos: “podríamos pasarnos mucho tiempo hablando de la Catedral es amplio”.
Reveló que de ser una iglesia Franciscana en 1780 tuvo un importante cambio que se puede notar en la diferencia en el color de la piedra que está en los muros.
“Luego de ser nombrada parroquia sufrió una ampliación y trasformación, el cabildo de ese entonces hace una solicitud a través del alcalde de la ciudad a la recién fundada Academia de San Carlos en 1781 y le solicitan un proyecto para la ampliación de su iglesia”.
La maestra revelo un dato desconocido la intervención del insigne arquitecto José Damián Ortiz de Castro: “el proyecto tenía como lineamiento que debería de aprovecharse los muros que ya tenía por cuestiones de economía dice la carta”.
Ortiz de Castro obtuvo el título de académico emérito, ya era Maestro Mayor de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México: “este arquitecto por muchos años fue desconocido fue en el año de 2007 cuando se realiza la restauración de las torres cuando se encuentra una caja o cápsula del tiempo en la que el mismo colocó en la torre oriente en el que explica que el es el creador de esas torres”.
Se sabe que nació en Coatepec Veracruz en 1750 y murió 1793 en la Ciudad de México.
Aprovechando la angostura de la nave construyó dos torres campanario, ganó en equilibrio y belleza: “es el primer edificio en nuestro país en el que incorpora este portón y este frontón”.
“Fuimos afortunados de que este hombre tan capaz haya aceptado el proyecto que inicio en a finales del siglo XVIII, muere el arquitecto solo puedo ver el enrase de los muros, su hermano Francisco lo siguió, todo esto en los años previos a la guerra de la Independencia, la primera bóveda se alcanza a cerra antes del siglo XVIII, la otra en 1805 la última fue la del coro”.
Fueron entre otros muchos datos más mencionados Maestra María Esther Pacheco Medina e incluso que los multi mencionados túneles que hay debajo de la Catedral de Tulancingo son un mito.
