Leonor Santos Canales es la famosa ‘Güera’ de los tacos ubicados en una esquina de Tulancingo, que de lunes a sábado es la más concurrida porque una gran parte de sus comensales acuden con frecuencia incluso desde hace 35 años.

“Fui obrera limpiando la materia prima de la fábrica de Fernando de la Peña, en los lavaderos, era menor de edad, tenía 16, duré ocho años ahí”.

MUCHOS DETALLES EN SU VIDA

Hija única, su mamá se divorció de su papá cuando tenía nueve meses de vida, tuvo que vivir entre el rancho y la Ciudad de México porque su madre trabajaba en la urbe: “sus patrones me conocieron y ya no dejaron que regresara, eran muy buenos, fui niña consentida”.

La vida le dio un vuelco cuando su mamá se casó otra vez y regresaron a Tulancingo. De los seis años hasta su adolescencia fue criada por su abuelita, pero un día llegó su mamá con tres hermanos de quienes se hizo cargo.

Como pudo termino la primaria y estudió la secundaria en la escuela para los trabajadores, en la José María Lezama; su mira estaba en progresar.

LA TAQUERÍA, TRABAJO DE CASUALIDAD

La ‘Güera’, en junio de 1984, fue invitada a trabajar en la taquería donde su mamá hacía las tortillas, para ocupar el lugar de su hermana pequeña quien lavaba los trastes, sin saber que estaba trazando su destino.

“Yo despachaba, mi mamá hacía las tortillas, así estuvimos cuatro años, fue cuando el señor traspasaba el negocio, yo ya tenía planes de poner una taquería en Pachuca”.

En febrero de 1988, en aquel entonces, sin devaluación, entre su mama y ella, Leonor tenía un ahorro de dos millones de pesos. Se decidieron. El traspaso se lo ofrecieron en seis millones, pidieron prestado, luego se los subieron a 10 millones, como ya estaban endeudadas aceptaron conseguir el resto pagando intereses.

Los inconvenientes siguieron, debido a que los propietarios del local se enteraron de que ya no era la anterior persona y les pidieron el establecimiento, negociaron, cerraron por cuatro meses para una remodelación, entonces su anterior patrón abrió otra taquería a una cuadra.

DE NOVATA A EXPERTA

“Éramos muy novatas no sabíamos del negocio, nos había vendido la clientela, me dio mucho coraje, le dije que si ya se había arrepentido que nos devolviera el dinero, pero no quiso”.

Trabajando sin descanso se hizo de sus clientes, se cuentan por docenas, políticos, comerciantes, de todos los sectores llegan a la esquina de La Corregidora y la avenida Benito Juárez en el primer cuadro de Tulancingo.

“Todo fue raro, pero le doy gracias a Dios, porque así fue para que aprendiera”, suspira la mujer que guarda su pelo en una red y continuamente lava sus manos, la cocinera de gran sazón, de sonrisa amable, con una especial cualidad ya que en su mente lleva la cuenta de cuantos tacos consume cada persona y de la misma manera hace la suma de dinero para dar la cuenta.

También a sus clientes frecuentes les sabe el gusto de qué tacos, cuántos, con o sin verdura, con cuál de sus tres deliciosas salsas.

Entre sus guisos tiene la tripa más doradita, la cabeza cocida al vapor que al igual que la carne para tacos de mixiote la tiene envuelta en pencas de maguey, también hace ensalada de pata y nopales, tostadas de sesos y la mejor longaniza, por mencionar algunos, todo servido en tortillas delgadas en forma de chalupa.

Leonor está casada con el ‘Güero’, el amor de su vida, dice feliz, los hijos de él son como propios y gracias a su trabajo incansable ha podido apoyar a su familia.

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