Este Jueves, Mark Zuckerberg anunció que de ahora en adelante Facebook pasará a llamarse Meta. Esto parece ser más que un cambio de imagen, sino que la compañía busca renovarse y reinventarse tras los múltiples escándalos en los que se ha visto envuelta.
El anuncio formal lo hizo durante la conferencia Connect de Facebook. El fundador de la compañía señaló que “de ahora en adelante, vamos a ser metaverso primero, no Facebook primero”, con lo que dejó en claro el rumbo a seguir.
¿A qué se debe el cambio de nombre de Facebook?
Hay razones para creer que este cambio de imagen no es solo eso, sino que la compañía busca renovarse y reinventarse tras los múltiples escándalos en los que se ha visto envuelta.
El columnista especialista en tecnología de The New York Times, Kevin Roose, sugirió que Mark Zuckerberg podría haber tomado esta decisión para librarse de algunos líos en los que él y su empresa se han visto envueltos últimamente, tales como los Facebook Papers, el desmantelamiento de Crowdtangle (su plataforma de transparencia), las acusaciones de ex empleados, sus reiterados fallos de sistema, entre otros.
Roose apunta que “un metaverso exitoso podría ayudar a resolver al menos cuatro problemas grandes y espinosos que Facebook enfrenta en el mundo terrenal”.
El primero de ellos es intentar limpiar la reputación de Facebook, misma que se ha visto bastante raspada luego de los escándalos y fallos ya mencionados. A esto, el columnista agrega que la compañía ha llevado otros proyectos que nada tienen que ver con redes sociales y se han visto afectados también por la misma situación que atraviesa.
“Es probable que la imagen pública de la empresa empeore antes de mejorar”, augura. Aunado a ello, Zuckerberg quiere ser recordado como un visionario de la tecnología y no como “un destructor de la democracia, en un villano mundial” como su imagen ha sido percibida en los últimos años.
“En el metaverso (Mark Zuckerberg), ha encontrado una especie de vía de escape: una forma de huir del desordenado y turbulento presente de Facebook”, argumentó.
En este fenómeno, señala Roose, “la marca tóxica de Facebook ha tenido consecuencias reales. Ha desmoralizado a la fuerza laboral de la empresa y dificulta que atraiga y retenga empleados talentosos. Ha hundido asociaciones y genera nerviosismo en los anunciantes”.
Además de limpiar su imagen, Facebook se tiene que preocupar por otras cuestiones. Una de ellas, y la que más debería preocuparle, es la “geriatrización” de su red social. Ahora los jóvenes prefieren otras redes como Tik Tok y eso, posteriormente, afectará directamente las arcas de la compañía.
En ese sentido, el CEO de Facebook apuesta por rejuvenecer la plataforma con elementos teconlógicos de realidad virtual y aumentada para atraer a las nuevas generaciones y retenerlas.
Roose apunta otro problema que urge ser resuelto y es la dependencia que Facebook, como app, tiene de Google y Apple en la que corre peligro de ser inhabilitada:
“Al dirigir a los usuarios a plataformas suyas, como Oculus, donde no tiene que preocuparse por ser expulsada de la tienda de aplicaciones por espiar la actividad de los usuarios o facilitar el tráfico ilegal de trabajadores domésticos”.
Por último, Facebook debe enfrentar el “risgo regulatorio” que lo ha metido en un lío en más de una ocasión; incluso ha sido señalado de ser un megáfono de noticias falsas. De tal suerte que “el metaverso podría permitirle incursionar en un universo social más amable y gentil que aún no ha sido cooptado por los partidarios iracundos”, abona el columnista.
Sin ambargo, Kevin Roose, le da el beneficio de la duda a este costoso y osado proyecto que ha emprendido Mark Zuckerberg y que tiene por objetivo “crear un universo digital inmersivo” que revolucione la era digital.
“Si funciona, el metaverso de Zuckerberg marcaría el comienzo de una nueva era de dominio, una que extendería la influencia de Facebook a nuevas formas de cultura, comunicación y comercio. Y si no es así, será recordado como un intento desesperado y costoso de darle un toque futurista a una red social geriátrica, mientras se desvía la atención de los problemas sociales urgentes”, finalizó.
