Leagues Cup.

Seattle.- El debut de Cruz Azul en la Leagues Cup 2025 no pudo ser más doloroso. El equipo cementero fue aplastado 7-0 por el Seattle Sounders, en una de las peores derrotas en la historia del club. Tras el resultado, todas las miradas se dirigieron al banquillo, donde Nicolás Larcamón recién comienza su proceso como entrenador.

Aunque la presión es evidente, medios en la CDMX aseguran que la continuidad de Larcamón no está en duda. Aun así, el argentino tendrá que trabajar a contrarreloj para revertir la situación, recuperar el ánimo del vestidor y volver a ganarse la confianza de una afición golpeada.

Un segundo tiempo de pesadilla

Lo más alarmante del encuentro fue el colapso en la segunda mitad, donde Seattle anotó los siete goles. Sin embargo, el rendimiento en el primer tiempo ya daba señales preocupantes, con un Cruz Azul sin llegada, sin ideas y sin respuesta en el terreno de juego.

Larcamón:

No es momento de pedirle nada a la afición”

Consciente del duro golpe, Nicolás Larcamón no escondió la cara y se dirigió directamente a la nación azul con un mensaje de autocrítica y compromiso:

Tenemos que, sobre todas las cosas, disponernos ya en el siguiente partido a volver a representar a Cruz Azul a la altura de sus exigencias, de su historia y, sobre todo, de su afición. No es pedirle nada, sino disculparnos, hacernos cargo, dar la cara y, sobre todo, apretar los dientes y salir adelante”.

Foto: Redes.

En ese mismo tono, el técnico argentino añadió:

Hoy no estamos en condiciones de pedirle nada a la afición. Estamos solamente con la urgencia y responsabilidad de dar una respuesta propia de la magnitud del club al que representamos. Queremos retribuirles todo el acompañamiento y la fuerza que nos hacen sentir en cada lugar al que llegamos”.

Próximo reto: LA Galaxy

Cruz Azul tendrá su revancha rápidamente, ya que este domingo enfrentará a LA Galaxy en la segunda jornada de la Leagues Cup. Será una oportunidad clave para recomponer la imagen, sumar puntos y comenzar a demostrar que lo ocurrido ante Seattle fue una pesadilla pasajera.

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