Las Vegas, Nevada.- Durante un momento de convivencia con los aficionados en el hotel donde se hospeda la Selección Mexicana, Santiago Giménez y Raúl Jiménez se detuvieron a firmar autógrafos y convivir con fanáticos que esperaban con ansias ese momento.
Sin embargo, el jugador del AC Milán fue grabado mientras se negaba a firmar un segundo objeto a un aficionado, argumentando que ya lo había hecho antes. La situación cambió cuando el seguidor le explicó que el segundo autógrafo sería para su sobrino, por lo que finalmente Giménez accedió.
En redes, a favor y en contra.
Este gesto desató reacciones encontradas en redes sociales y es que por un lado un sector de los aficionados criticó la actitud inicial del delantero.
Otros respaldaron su postura, argumentando que hay personas que revenden autógrafos de figuras públicas a precios elevados.
Este fenómeno ha sido frecuente en los últimos años, especialmente en el entorno del futbol, donde los jugadores deben equilibrar la convivencia con los fans y el riesgo de explotación comercial.
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