En las canchas del Mundial de Clubes y de la Copa Oro, ambos torneos disputándose en Estados Unidos desde este sábado, los jugadores tendrán que driblar a sus contrincantes, mientras que fuera del campo de juego podría haber aficionados que busquen desmarcarse de los agentes de inmigración.
Esto, luego de que se reportó que elementos del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) estarían en el partido inaugural del Mundial de Clubes del sábado entre el Inter Miami y el Al Ahly de Egipto, en Miami, como parte de las acciones contra migrantes del presidente Donald Trump.
Rayados, uno de los dos equipos mexicanos que participará en el torneo, debutará el próximo martes en Pasadena, California, muy cerca de Los Ángeles, donde las redadas se han intensificado y se han registrado disturbios en protesta.

Además, el sábado, la Selección Mexicana jugará su primer duelo de la Copa Oro 2025 ante República Dominicana en el SoFiStadium, en Inglewood, California, a unos kilómetros de Los Ángeles.
En ese punto se espera tensión entre los aficionados mexicanos y las autoridades, en especial si aparecen los agentes de Migración que han desatado multitudinarias protestas en la última semana.
La Selección se mueve por protestas
De hecho, la Selección Nacional cambió de hotel en Los Ángeles antes de ese partido, debido a preocupaciones de seguridad en medio de las protestas contra las redadas de inmigración en la ciudad, afirmó un portavoz del equipo.
El equipo tenía reservado un hotel en el centro de Los Ángeles, pero la CONCACAF permitió un cambio a un hotel no determinado, informó Fernando Schwartz.
CONCACAF, que dirige el futbol en América del Norte, Central y el Caribe, no ha hecho un anuncio oficial.
Las protestas comenzaron el viernes 6 de junio en el centro de Los Ángeles, después de que las autoridades federales de inmigración arrestaran a más de 40 personas en toda la ciudad. El domingo, multitudes bloquearon una autopista principal e incendiaron autos autónomos mientras la policía respondía con gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras.
El lunes, el presidente Donald Trump ordenó el envío de otros 2,000 soldados de la Guardia Nacional junto con 700 marines a Los Ángeles.
‘El Vasco’ guarda silencio
El entrenador de México, Javier Aguirre, se mostró reacio a hablar sobre las protestas en una conferencia de prensa el lunes en Chapel Hill, Carolina del Norte, previo al amistoso contra Turquía que la Selección ganó.

“No voy a hablar de Los Ángeles, no voy a hablar, ya les dije que no. Esto es un tema deportivo, en este momento no puedo expresarme. Tenemos un partido contra Turquía y no tengo información. Sé lo que vemos en televisión, estamos a miles de kilómetros y no puedo manifestarme”.
Después del partido contra la República Dominicana, México volará a Arlington, Texas, para jugar contra Surinam y luego cerrará la primera ronda del torneo contra Costa Rica en Las Vegas.
Vela sí alza la voz
En contraste con Aguirre, Carlos Vela, ahora exjugador y mundialista, lanzó en sus redes sociales un mensaje de apoyo para los inmigrantes en Los Ángeles, California.
“Quiero expresar mi más sincero apoyo y solidaridad. Los inmigrantes en California son gente trabajadora que merece respeto. No están solos”, escribió “Carlitos” en su cuenta de X.
El mensaje del originario de Cancún tuvo mayor impacto, luego de que Javier Aguirre se negara a hablar sobre la problemática a la que se enfrentan sus paisanos.
Amenaza ganancias del Mundial de Clubes
Además, a medida que Estados Unidos se prepara para la Copa Mundial de Clubes, la preocupación por temas como los viajes internacionales, la seguridad de los aficionados e incluso la incertidumbre económica amenazan con menguar el entusiasmo por el torneo.
Estados Unidos tendrá en casa a 32 clubes profesionales de todo el mundo en 11 ciudades para el torneo. Hay un premio acumulado de 1,000 millones de dólares.

Este Mundial de Clubes se considera en muchos aspectos como un gran ensayo general para la magna cita, la Copa Mundial de 2026 que será organizada por Estados Unidos, Canadá y México.
Sin embargo, parece haber poco entusiasmo por el Mundial de Clubes tanto en casa como en el extranjero. La expansión del elenco de siete a 32 equipos ha disminuido la exclusividad del evento, y las ventas de entradas parecen ser flojas.
Al mismo tiempo, el torneo se juega en medio de informes de turistas extranjeros detenidos y retrasos en el procesamiento de visas. Las acciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) y las prohibiciones de viaje del presidente Donald Trump tampoco tranquilizan a los aficionados procedentes del extranjero.
Temores de los aficionados
Hay señales de que las políticas de inmigración actuales ya están impactando a los aficionados y generando preocupaciones sobre la seguridad. Un grupo de seguidores latinoamericanos en Nashville se mantuvo alejado de un reciente partido de la MLS debido a la actividad de ICE en la ciudad. El estadio Geodis Park de la ciudad albergará tres partidos del Mundial de Clubes.
Danny Navarro, quien ofrece consejos de viaje a sus seguidores en sus plataformas de redes sociales bajo el seudónimo TravelFutbolFan, dijo que el anuncio de la fuerza de trabajo de la Copa Mundial no calmó los temores sobre los viajes, especialmente cuando el vicepresidente JD Vance dijo: “Queremos que (los aficionados) vengan. Queremos que celebren. Queremos que vean el juego. Pero cuando se acabe el tiempo, tendrán que irse a casa. De lo contrario, tendrán que hablar con la secretaria de Seguridad Nacional (Kristi) Noem”.
Eso insinuó que los aficionados que visitan Estados Unidos para la Copa Mundial podrían usarla para quedarse en el país, lo cual es absurdo, sostuvo Navarro. Para muchos países, los aficionados que viajan a la Copa Mundial —un plan de viaje costoso con precios de vuelos y hoteles elevados— son vistos en general como de mayor gasto y menor riesgo para la planificación de seguridad de la nación anfitriona.
¿Llegarán?
Queda por ver cómo los factores externos impactarán finalmente en el Mundial de Clubes, que no es el espectáculo global o el atractivo que es la Copa Mundial.
La venta de entradas, basada en un modelo de precios dinámico, ha sido blanda, con precios reducidos desde principios de este año y una serie de promociones recientes. Para un partido entre el Paris Saint-Germain y el Botafogo en el Rose Bowl el 19 de junio, había amplias franjas de asientos disponibles por 33 dólares (unos 622 pesos mexicanos).
La FIFA creó un programa de incentivos que dice que los aficionados que compren dos o más entradas para el Mundial de Clubes “pueden” tener garantizado el derecho a comprar una entrada para la Copa Mundial del próximo verano.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha viajado a varias ciudades anfitrionas para generar entusiasmo. Ha prometido que “el mundo será bienvenido”. Pero algunos dicen que Estados Unidos no está exactamente desplegando la alfombra roja para los visitantes en el clima actual.
