Después de la escuela, la televisión fue, por mucho tiempo, el escaparate vespertino de Ángel Camacho. Era su rutina y no había nada de malo en ello. Sin embargo, temprano en su vida, llegó una recomendación que cambió por completo su visión y la de sus más allegados.
“Nos dijeron que en la CODE León 1 daban deporte para niños con discapacidad, lo apuntamos, se inscribió y a partir de allí comenzó su proceso. Yo, prácticamente, lo llevaba todos los días en su silla de ruedas”.
Es así como relata Francisca Ramírez, madre del exitoso atleta paralímpico, su inicio en la paranatación. El esfuerzo era mayúsculo. Había entrenamientos a las seis o siete de la mañana y Francisca, en vías de ver contento a su hijo, lo levantaba para irse temprano a la cita.
“Inclusive sus amigos lo invitaban al cine y yo le decía que mejor lo invitaran un sábado o domingo para que no fallara en sus entrenamientos y pudiera divertirse”.

Sentada o parada, Francisca esperaba y analizaba, con mucho detenimiento, el esfuerzo de su hijo en cada entrenamiento. Tanto fue el apego que, al día de hoy, con el éxito de París 2024, Ángel la considera parte esencial del roce que pudo lograr a nivel mundial.
“Cuando la maestra comenzó a entrenarlo cada vez más para las competencias recuerdo que en cada vuelta que daba de 25 y 50 metros, siempre escuchaba que decía ‘por la de oro, por la de oro, por la de oro’.
Yo, en algún momento, le pregunté qué significaba y me dijo que en Colima, que fue de sus primeras competencias, iba a competir por ganar la medalla de oro”.
Y así fue. De acuerdo al testimonio de su madre, Ángel logró cinco oros en Colima. Después, un sinfín de éxito que se expresó en oros, platas y bronces, los cuales le ayudaron a seguir creciendo como todo un paratleta de alto rendimiento.
Tokyo 2020, la angustiante pero dulce primera vez
En cada competencia nacional, Francisca estuvo allí para Ángel. No obstante, todo cambió cuando la exigencia aumentó y la internacionalización llegó.
A pesar de la pandemia, la vida siguió su marcha y los XXXII Juegos Olímpicos, con modificación incluida, se realizaron en Tokyo con su complemento de 2020, aunque se terminaron celebrando un año después, en el 2021.
“Esa experiencia fue de angustia porque Ángel nos contó que a una persona en el avión le dio COVID y no estaba entrenando en Tokyo.
Entonces lo mantuvieron encerrado en una habitación y solo salían para comer y luego luego otra vez a encerrarse.
Fueron como 14 días de tristeza y angustia hasta que por fin, faltando como dos o tres días para su competencia, Ángel pudo salir a entrenar y pues la recompensa fue su primera medalla en Juegos Paralímpicos”.
La misma fue de bronce en los 50 metros espalda categoría S4. A la distancia, a través de la televisión y el celular, Francisca y toda su familia pudo celebrar el triunfo con su amado hijo.
“Después de que compitió y ganó, hicimos una videollamada con toda la familia y estábamos muy contentos y orgullosos de él porque todo el sacrificio, todas esas ocho horas de entrenamiento, había valido la pena”.
París 2024, un sueño cumplido
Al siguiente ciclo, una odisea única e imborrable. Camacho, impulsado por el amor de su madre y familia, decidió que estuvieran presentes en sus segundos Juegos Paralímpicos.
Con sede en París 2024, el esfuerzo fue mayúsculo, pero Francisca y sus allegados pudieron estar presentes con el leonés, quien con tres medallas (dos de plata y una de bronce), se quedó con la dicha de ser el mexicano más ganador de toda la delegación.
“Nos quedamos roncos porque no dejamos de gritar, de impulsarlo y de ondear la bandera de México. Fue una experiencia inolvidable y un orgullo muy grande ver cómo Ángel se convirtió en el deportista paralímpico más ganador del país”.
La proeza de Ángel resonó en todo el mundo. Y es que con grandes actuaciones sobre el agua, consiguió la plata en 50 metros espalda, además de dos bronces en los 100 metros libres y 150 metros estilos; todos, dentro de la categoría S4.
‘Chucho’ Hernández, el primero en creer
Externo a Francisca Ramírez y su familia, Jesús ‘Chucho’ Hernández fue el primero en creer en el potencial de Ángel. Así lo externa con una sentida anécdota la madre del exitoso leonés.
“Hubo una competencia donde Ángel ganó, pero no le dieron medalla porque así era la competencia. Entonces se nos acercó ‘Chucho’, que también había competido, y le regaló una medalla a Ángel.
Allí lo conocimos y le dijo a Ángel que iba a salir adelante y sería campeón, que tenía mucho potencial y de él se iba a acordar.
Tiempo después, cuando me encontraba con ‘Chucho’, él me recordaba lo que hizo y siempre le estaré agradecida por la confianza que depositó en mi hijo”.
Francisca y el apoyo incondicional sobre ‘Angelito’
Ángel nació el 28 de diciembre de 2004 con Síndrome de Hanhart y en su caso específico sin ninguna extremidad.
A pesar de la discriminación, de vivir un episodio donde una mamá le pidió a su hijo que no volteara a ver a Ángel por su discapacidad, la resiliencia es la gran característica de Francisca y su familia.
“Si tienen un hijo con discapacidad, hay que motivarlo a salir adelante. Es complicado verlo en una silla de ruedas, pero con esfuerzo y dedicación pueden hacer muchas cosas.
Nada es una limitación y todo es cuestión de apoyarlos a que hagan muchas cosas. Ellos pueden alcanzar lo que ellos quieren y pueden salir adelante sin ningún problema”.
Ella, mejor que nadie, lo sabe. Inimaginable cuando nació, hoy Francisca Ramírez exclama a los cuatro vientos: “Me siento muy orgullosa”. Y es que después de tanto esfuerzo y dedicación, hoy su hijo, Ángel Camacho, que además es inmortalizado en su ciudad natal con el nombre de un nuevo Centro Acuático, es sinónimo de esfuerzo y éxito en el mundo del deporte mexicano.
Madre de un hijo que está encaminado a ser una leyenda en la historia del deporte de México, siente una sensación única en el mundo.
“Es difícil ser madre, pero a la vez da mucha satisfacción salir adelante y ver crecer a los hijos.
Nos costó mucho a todos, pero ver a Ángel que es un campeón y un orgullo no solo para nosotros, sino para miles en el país, es lo máximo para mí”.
