Bravos de León Oficial.

Bryan Lara tenía nueve años cuando se infectó de una enfermedad irreversible llamada beisbol.

La infección, férrea por la naturaleza, se le recorrió a lo más dentro de su ser y ya no tuvo cura alguna; tan es así que cuando no lo dejaban batear, sus mejillas se llenaban de las lágrimas que le humedecían los ojos.

“Me aburría si no bateaba”, recuerda, entre risas, Bryan.

“Y sí, me acuerdo perfecto que no me dejaban batear y lloraba inmediatamente, porque sentía una muy enorme adrenalina”.

La anécdota, que fue recordada por Osvaldo Lara, uno de sus familiares más cercanos, fue la punta de lanza para describir una única odisea beisbolera.

Y es que siete años después, aquel delgado chamaco salmantino que fue de municipio en municipio buscando la mejora continua, está por iniciar el sueño angelino como prospecto de los Dodgers de Los Ángeles.

“Hubo muchos momentos difíciles, la pasé muy mal y me costó estar lejos de casa, pero el apoyo de todos mis familiares fue un motor para salir adelante”.

Caracterizado por ostentar un signo vital de resiliencia y superación, el beisbol ha convertido a Bryan en un auténtico nómada.

Salamanca, Moroleón, Guanajuato capital y República Dominicana es la ruta que la vida le ha trazado en sus apenas 16 años de existencia.

“Mi padrino me llevó con el señor Tony en Salamanca y es en donde más tuve aprendizaje”, comenta el ex tercera base.

“Después nos mudamos a Moroleón y aunque me costó por mis amistades y familia, me supe acoplar y seguí jugando beisbol con el señor Mateo Escárrega”.

El destino y sus azares llevaron a Bryan a comprender y evolucionar dentro del beisbol.

Gracias a un convenio con la academia que estaba en Moroleón, Lara pudo llegar a la Academia Bravos-Code en 2023.

Ubicada en Guanajuato capital, la academia, que es dirigida por el ensenadense Alfredo Peralta Núñez, fue la plataforma que tanto necesitó Bryan para darse a conocer y sobresalir.

Después de un incesante trabajo físico y psicológico que se reflejó en tres showcase distintos en Guanajuato capital, Veracruz y Ensenada, los Dodgers de Los Ángeles se decidieron a firmarlo como prospecto.

“No me lo imaginaba y cuando el profe Peralta me da la noticia, no lo podía creer”, recuerda entusiasmado.

“Todo valió la pena porque costó mucho subir millaje en la recta. La tiraba a 86-88 y tardé mucho, pero después de varios ejercicio, la subí un buen y ya llegó a las 93”.

El tiempo, inexorable por naturaleza, ha pasado muy rápido y Bryan, ágil y valiente, lo sabe mejor que nadie.

Perder el piso sería algo normal por las buenas cosas que le han pasado en tan poco tiempo, pero en él ha sido todo lo contrario.

Estos hechos le han reforzado el sentimiento de humildad que tanto le ha inculcado su madre y su padre, este último dos veces Cy Young en el Bicampeonato de los Barateros.

“No por llegar a los Dodgers debo de cambiar lo que soy. Siempre me mantengo humilde y sin perder el piso, sabiendo que aún no he logrado nada”.

Con esta filosofía, Bryan Lara dejó su terruño -Guanajuato- el pasado domingo 16 de febrero con dirección a una nueva aventura en su vida personal y profesional.

“Estaré viajando a República Dominicana y haré pretemporada con los Dodgers para poder quedar en el roster de la Dominican Summer League“.

La competencia interna no será sencilla. Bryan se encontrará con, al menos, 30 peloteros más que pelearán por el estrellato inicial en la filial de los actuales campeones de la Serie Mundial.

“Lo voy a dejar todo y no les voy a fallar. Quiero representar en alto a Salamanca y a México, llegar a las Ligas Mayores y tener una buena carrera”.

Así, acompañado de dicha convicción, Bryan Lara buscará alcanzar sus sueños con la recta, la curva, el sinker y el splitter.

Estar lejos de casa costará, pero eso no será impedimento para un pelotero salmantino que ha estado sujeto a la vida y sus cambios.

Si ya jugó la tercera base, si ya pudo batear y si vive en la actualidad la adrenalina de estar solo con su humanidad en el centro del diamante, ¿quién lo va a detener?

Eso sí: hasta el último momento y por estar cerca de alejarse de su terruño por mucho tiempo, el agradecimiento es algo que florece más que nunca.

“Pasé muchos momentos difíciles y estando con mi mamá, mi papá y mi hermano, se hizo más llevadero el momento.

“Le agradezco a mis tíos que siempre estuvieron para mí cuando no estaba mi papá para traerme a la academia.

“A Michel Gutiérrez, siempre por todo el apoyo y que sepa que le vamos a dar con todo.

“A mis tíos y a mis abuelos les agradezco mucho también y que sepan que los quiero demasiado.

“Y, al igual que mi familia, al profe Alfredo Peralta y a su hijo, Junior, por ayudarme a crecer en todos los aspectos”, concluye con brillo en los ojos. 

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