Hace casi un mes, pude platicar con Mauricio Martínez sobre lo que fue el pasado, lo que es el presente y lo que será el futuro de los Bravos de León en la Liga Mexicana de Beisbol.
Con una gran apertura de hablar absolutamente todo, me llamó mucho la atención escuchar (por sexta vez consecutiva) la palabra de resarcir lo hecho en la temporada regular el próximo año.
Las cuatro temporadas consecutivas sin Postemporada, provocan la obligación de que, en su séptimo año como presidente, sea clasificar SÍ o SÍ en el 2024 y, para lograrlo, es toda una realidad reforzar la calidad de abridores y bullpen.
No les miento: yo también estoy dubitativo como ustedes, aficionados al equipo, porque han sido tantas promesas en estos años de sequía que ya cuesta creer en un verdadero cambio desde las raíces.
Sin embargo, creo que la franquicia ha dado un gran paso al ratificar a su mánager Rafael Rijo que, a pesar de ser el cuarto en un año entero, parece ser el indicado para comenzar esta reestructuración.
En una entrevista que tuvimos con Brandon Villarreal, un nato primer bate al que jamás podré entender el por qué de su cambio, pudimos apreciar un gran ambiente en el dugout al existir un buen ambiente.
Aunque el equipo ya estaba más que eliminado, aún existía cerca pizca de esperanza que crecía el orgullo de cada jugador como el buen Brandon.
Quizá sí se deba a Rijo, o quizá no se deba a él, pero apreciar aquello es importante en la creación de un equipo ganador.
El 2024 será vital para los Bravos que están OBLIGADOS a clasificar a la Tierra Prometida y, una vez allí, competir contra los grandes del circuito como los Diablos Rojos del México, Pericos de Puebla y Leones de Yucatán.
¿Por qué? Porque de nada servirá el espectáculo en las gradas si no se crea un equipo ganador a la de ya.
Una franquicia no cimenta su legado con base en la fiesta sobre las gradas, sino con títulos en sus vitrinas.
Hay que decirlo: Bravos es un equipo PERDEDOR en la Liga Mexicana de Beisbol y, eso, debe de cambiar a la de ya.
Veremos cómo se desempeña Rijo en un 2024 que, esperemos, termine completo, pues de nada servirá si repetimos el círculo vicioso de casi un lustro sin Playoffs: no tener paciencia, despedir sin medida y rotar en el banquillo a más de dos mánagers.
¿Rijo será parte de la reestructuración?
¿Hay que creer en los Bravos?
Por lo pronto, yo le digo mi opinión…
Hemos escuchado tantas promesas en este equipo que…
Hasta no ver, no creer.
Porque, eso sí: León ya merece a unos Bravos ganadores.
Y si 2024 no lo es…
Lo dejo a su criterio.
-El Dugout del Gabo.