En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la lanzadora polaca Maria Andrejczyk se colgó la medalla de plata, aunque unas semanas después, se sabe ya que en el plano personal, merece el oro y mucho más.
Maria Andrejczyk, de 25 años y originaria de Polonia, ganó la plata en el lanzamiento de jabalina y volvió orgullosa a su país.

Pero ya en Polonia, la contactaron para pedirle una ayuda desesperada: salvar la vida de un niño enfermo con insuficiencia cardiaca y quien necesitaba una operación urgente.
Maria Andrejczyk sufrió cáncer
Según reporta la agencia AP, la propia Maria Andrejczyk sufrió cáncer de huesos y antes de los Juegos Olímpicos debió superar una lesión en el hombro.
“Por lo que he vivido, sé lo que él (el niño) ha tenido que luchar contra la adversidad y el dolor”.
La lanzadora decidió subastar su medalla olímpica para pagar la operación.
El dinero fue destinado para Milosz Malysa, un niño con una insuficiencia cardiaca y cuya familia ha estado recabando dinero para que pueda ser operado en Estados Unidos. Los padres de Milosz informaron la semana pasada que el niño podía morir pronto si no era operado.
La increíble reacción de la sociedad
Pero, al enterarse del gesto de Maria Andrejczyk, Zabka, una popular cadena de minimercados en Polonia, ofreció 51,000 dólares (alrededor de un millón de pesos), con tal de que la deportista pudiera mantener su medalla.
“Nos conmovió mucho el gesto extremadamente hermoso y noble de nuestra atleta olímpica”, dijo Zabka.
Además, la sociedad polaca reaccionó y otras personas contribuyeron con 76,500 (aproximadamente un millón y medio de pesos) para ayudar al niño.
Además, las autoridades de la localidad donde Andrejczyk reside en Polonia, prometieron darle una réplica de la medalla olímpica, pero no fue necesario.
