Pese al concierto de fallas frente al arco, Gales obtuvo un valioso triunfo en su segundo duelo de la Eurocopa, éste ante el combinado de Turquía y que finalizó con un marcador de 2-0.

Un gol de Aaron Ramsey y otro de Connor Roberts en el suspiro del partido le permitieron al equipo galés sumar tres unidades importantísimas en esta fase de grupos, esto pese al error de Gareth Bale desde el manchón penal.

Cuando el marcador ya estaba 1-0 en el minuto 59″, Bale cayó justo en los linderos del área luego de una sancadilla de Zeki Çelik, el VAR confirmó el penal que ya había marcado el árbitro del encuentro y esto le dio la oportunidad a los de Gales de aumentar su ventaja en el tanteador.

Desde los 11 pasos, el jugador del Tottenham mandó el balón a las nubes y se sumó así al cúmulo de fallas que también protagonizaron el partido. Es importante mencionar que pese a este error, Bale se convirtió en el eje en torno al cual funcionó el planteamiento galés, pues se encargó de comandar toda la ofensiva y además, de poner los pases de gol.

Así llegó el gol de Ramsey al minuto 42″. Bale levantó la cabeza más o menos en la media cancha y metió un centro al área, Ramsey se anticipó a la zaga turca, controló con el pecho y remató raso y de derecha para inaugurar el tanteador.

Esta oportunidad, no obstante, era más o menos la tercera que había tenido el delantero de la Juventus en el primer lapso, mismas que no pudo concretar y las cuales sólo aumentaron la desesperación del equipo de Gales que después de varios intentos, por fin consiguió su recompensa.

Turquía dominó el partido, tuvo el mayor porcentaje de posesión de balón e incluso tuvo sus opciones frente a la portería, pero no tuvo lo que sí tuvo Gales: contundencia. Detalle que prácticamente limita sus posibilidades de acceder a los octavos de final.

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