El Club León recuperó el filo en las garras, la genialidad en el cerebro y la valentía en el corazón.

León requería un triunfo así, de oro y sobre una rival de jerarquía. Santos, que llegó a la jornada 12 como el tercer mejor equipo de la competencia, representaba un escollo bastante trabado para dar significado a una reacción que ya es realidad en el cuadro leonés.

Nacho Ambriz celebró eufórico el gol de Fernando Navarro. Cómo no hacerlo si hoy cada partido es una final para él y sus huestes. León reflejó de manera constante en esta visita sus deseos e intenciones de hacer daño.

Entre Fieras y Guerreros vimos un duelo de tú a tú en el que los leoneses sacaron la mejor parte en el momento justo. Luis Montes y Santiago Colombatto tomaron la batuta para marcar el ritmo, además de que vimos a un equipo entero esparciendo el sudor por la cancha santista.

Ángel Mena anotó en un penalti provocado por la insistencia esmeralda y Fernando Navarro diseñó un gol de crack. 

Es aquí donde notamos que la Fiera ya piensa diferente, ya se le ocurren diversos recursos y siempre está en el partido.

Navarro se erige como ese media punta capaz ser la puerta hacia el área enemiga. Ambriz se ha casado con esta idea y el antes lateral le ha respondido conforme han pasado los minutos.

Santos fue un rival digno que entró al intercambio de golpes. Por algo tiene protagonismo en el torneo. 

Es por ello que la victoria verdiblanca se revalora. León se había quedado cerca ante Cruz Azul, América y Monterrey. Esta vez no podía fallar en la Comarca.

Fue un partido lleno de buen futbol, emociones, polémica, VAR, de todo. Y son los triunfos en estos partidos los que pueden llenar a un equipo de la adrenalina necesaria para pelear en lo que resta del torneo. 

Hoy, el León ya está dentro de esa zona que da vida en el torneo y lo mejor de todo, el destino ya está en sus garras.

Twitter @geraslugo

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