León.- Con la misma entereza con la que le puso el pecho a todo balón que intentó incrustarse en su arco, así enfrentó José Luis Lugo al covid-19. Pero a diferencia de lo que le sucede a un guardameta en un juego de futbol, en este importante partido nunca estuvo solo.
El “Gato” ya empezó su “pretemporada” luego de dos semanas complicadas para él y su familia. Esa etapa de recuperación que sin duda es más llevadera gracias al apoyo invaluable que le mostraron todas las personas que lo estiman en el mundo deportivo leonés.
“Fueron muchos los mensajes que recibí, directivos, alumnos, exalumnos y maestros de la UDL, los grupos de los Curtidores se preocuparon mucho, el que comanda Amado Alfaro, el que comanda “Checo” Padilla, el que comanda Oribe Maciel, mucha gente, amigos, aficionados. Don Toño Carbajal y su hijo Enrique también estuvieron muy al pendiente, al igual que el doctor Primo Quiroz, Teo González me mandó un video, la gente de Morelia, del Club León, en realidad fue un apoyo muy grande, eso fue lo que gracias a Dios me sacó adelante, me fortaleció”, aseguró.

Con la voz entrecortada, el exarquero del Unión de Curtidores agradeció cada uno de los mensajes recibidos, a Dios y también al futbol.
“Fue mucha la gente que se preocupó, los de Morelia me hablaron también, de México, los del Club León, todo el sector deportivo de León e incluso gente que no conocía (…) gracias a todos, a Dios, a la gente, a los compañeros, a los amigos, agradezco a todo mundo, de verdad, que se preocupó por mí”
Pero el Gato agradece al futbol no sólo por los amigos que le dejó, sino también porque gracias a él, su cuerpo encontró la manera de reaccionar ante el virus que lo postró en cama en agosto pasado.
“Le agradezco a Dios que haya escuchado todas sus oraciones, gracias a ese apoyo, a ese aliento que me dieron, me fortalecieron para salir de esto. Es una enfermedad muy fea, no deseo que nadie se contagie (…)”, contó.
El doctor me dijo que gracias a que siempre estuve haciendo ejercicio salí adelante, fui atleta de alto rendimiento y eso me ayudó porque mis pulmones estaban bien. Por mi edad, las cosas se complican”.
Y aunque toda su familia, al igual que amigos y conocidos, estaban preocupados por su salud, la responsabilidad de su enfermedad y recuperación recayó en sus hijos Sara y Miguel, quienes velaron en casa noche y día durante los momentos clave.
La primera semana no recuerdo qué pasó, ya en la segunda empecé a reaccionar, me quitaron el oxígeno y empecé con el tratamiento. Ellos dos se “mataron” para atenderme y sacarme de esto”.
Aunque ahora ya se le escucha con ánimo, riendo, bromeando, y aseguró que ya ansía salir, admitió que está tomando con calma estos momentos porque la recomendación médica es todavía continuar en casa y no arriesgar en alguna salida.
Todavía estoy encerradito, no me dejan salir pero yo ya me siento con aliento, con fuerza, con gusto, ya como bien (…) me siento fuerte otra vez, todavía me falta algo pero ya me siento con ánimos, ya camino, ya me muevo, me comunico, estoy agarrando la fortaleza que tenía”.
Hoy, el mítico arquero se siente fuerte y ya está de nuevo en pie de guerra.
Ya tengo ganas de estar activo otra vez pero me dice mi hija que todavía no es momento, que “aguante” poquito para que mis defensas se fortalezcan”.
