León.- El coronavirus arrincona al mundo y al deporte.
La actual pandemia ya ha ganado batallas a ligas europeas en el futbol y de este lado, Conmebol suspendió Libertadores y Eliminatorias Mundialistas, Estados Unidos congeló sus deportes en la NBA, MLS y NHL, así como la Concacaf detuvo todo, hasta el Preolímpico.
La Liga MX ha suspendido el protocolo de inicio en los partidos como única medida que parece poco, aún cuando aquí no se ha caído en sicosis por la presencia del virus en el mundo.
Así, en la Liga MX se ordenó evitar que los jugadores de los equipos y los árbitros se den la mano antes de iniciar cada encuentro para prevenir una potencial propagación viral. De igual forma los niños que sirven de valla y posan con los jugadores, evitarán el contacto.
Veamos el futbol en tiempos de coronavirus.
Olvidaríamos de entrada el saludo entre capitanes y cuerpo arbitral porque seguramente el central ya hizo “dos que tres” pitazos a los jugadores en la cancha, para luego llevarse el silbato a la mano, como suele ocurrir, mientras que los jugadores no tuvieron el tiempo de lavarse las manos después del calentamiento.
En los tiros de esquina, no habría la lucha colmilluda de pegarse hombro a hombro con ese marcaje férreo donde al atacante le arriman el aliento y muchas cosas más.
En ese mismo sentido, no habría ese acercamiento de un jugador a otro para hablarle al oído y recetarle un ramillete de linduras con el fin de amedrentarlo y bajarle los ánimos de victoria.
Adiós a los reclamos airados, esos que le propinan de cerquita a los árbitros y que, entre la pasión y el grito, le pueden lanzar salivazos que solo el microscopio puede ver.
El festejo del gol tendría que ser frío y sin la euforia del abrazo al compañero y el amontonamiento del equipo, mientras todos a mínima distancia gritan ¡Gol!
Bueno, en estos tiempos el VAR ya cumple con este cometido.
Daríamos un tache para aquellos jugadores que se pasan la botella de agua mientras atienden al compañero lesionado en el pasto.
Los mejores partidos para presenciar en un estadio serían esos duelos de equipos sotaneros que no llenan las tribunas ni con familiares.
De cárcel sería tanto para el jugador que escupiera a un rival como para aquel que, en el éxtasis del gol, aviente el vaso de cerveza a la humanidad de los demás aficionados.
El futbol en tiempos del coronavirus se jugaría más con la cabeza que con los pies, como algunas ligas ya lo están haciendo porque cierto es que las canchas, vestidores y tribunas pueden ser los análogos a una caja de Petri.
El hecho es que prevenir siempre será importante y la responsabilidad de todos, pues hasta los ídolos del deporte, esos superhéroes a los que vitorean en la cancha, también caen ante la naturaleza misma.
Twitter @geraslugo
