Luis Miguel Guerrero
El León tuvo la virtud de salir bien librado de un arranque titubeante de partido, en donde las fallas defensivas y el concierto de balones perdidos le pudieron haber salido caros. Afortunadamente para la causa verde, las pifias de Funes Mori y la buena actuación de Cota evitaron un primer tiempo catastrófico.
Y si bien es cierto que Rayados hizo una primera mitad aceptable e incluso se fue arriba en el marcador, la merecida expulsión de Nico Sánchez fue determinante en el destino del juego.
León aprovechó la ventaja numérica y en la segunda mitad se vio como el equipo vertical y tocador de los últimos tiempos, obligando a La Pandilla a replegarse y a tratar de soportar la andanada verdiblanca.
Luis Montes nos regaló una gran actuación, avalada por su par de anotaciones. Como una maquinita bien aceitada, la delantera esmeralda tuvo una gran segunda parte: Mena, Sosa, Meneses, Campbell -hasta Leo Ramos, quien nos mostró que puede ser un buen poste jugando de espaldas al arco-, terminaron por apabullar al campeón.
Sin explotar aún todo su potencial, La Fiera es líder de la competencia y parece que llegará en buen momento a su compromiso de la Concacaf.
Luis Gerardo Lugo
Un superlíder aniquila como lo hizo el León con Monterrey.
Aprovechó las circunstancias del juego y no tuvo misericordia para un campeón que luce triste y aporreado.
Fue un primer tiempo de pases imprecisos y porteros heroicos en ambos equipos. Fue un segundo tiempo de un solo equipo.
La expulsión de Nico Sánchez fue clave, pero merecida. De ahí, Monterrey ya no metió las manos.
Y fue entonces cuando apareció la figura de alguien a quien la Fiera ya extrañaba, Luis Montes, quien lideró a las huestes esmeraldas a un triunfo que trabajó bien en la segunda mitad del juego.
Mena vio cortada su racha de anotaciones, pero no por ello fue menos en el juego. El ecuatoriano siguió como uno de los colmillos más incisivos de la Fiera.
Ismael Sosa por el mismo sentido y ya se estrenó con su primer gol en la campaña de Clausura, en algo que le faltaba al argentino.
También destacar lo que hizo Leo Ramos, sobre todo en ese tercer tanto que definió todo. Un toque magistral a un movimiento magistral de Montes.
Ambriz parecía haber equivocado su parado con Navarro como contención y Burón de lateral, pero después reacomodó de acuerdo a la lógica y pudo celebrar su cumpleaños de buena manera, nada más y nada menos que abollando la corona al monarca y al equipo que era un auténtico verdugo de los leoneses.
La Fiera sonríe y el campeón llora.
