Salamanca, Guanajuato.- Han pasado 25 años desde que una explosión en la planta de plaguicidas Tekchem liberó una nube de Malatión sobre el municipio. Más de mil personas resultaron intoxicadas. Aquel 12 de septiembre del año 2000, el cielo se cubrió de humo negro y el olor químico se instaló en las calles, en las casas y en la memoria de una ciudad entera.
Todavía hay días que se sienten esos olores que nos recuerdan lo que vivimos. Al gobierno se le olvidó todo lo que pasó, pero uno no olvida la explosión y el humo negro que cubrió el cielo, uno no olvida que nos abandonaron a nuestra suerte respirando pura porquería”, recuerda Miguel Ángel Martínez, vecino de la colonia San Juan.
El terreno donde operó la fábrica ha sido declarado oficialmente “remediado” por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Sin embargo, en una de las ciudades más contaminadas del país, la desconfianza persiste: ¿realmente quedó limpio el sitio?
Una intervención ambiental sin precedentes, según el gobierno

Durante décadas, el predio permaneció abandonado. Las exigencias ciudadanas fueron constantes. Finalmente, entre 2021 y 2024, el Gobierno Federal destinó 200 millones de pesos para sanear el sitio. La Semarnat calificó el proyecto como “la obra ambiental de mayor envergadura en la historia de México”.
Se retiraron más de 207 mil toneladas de residuos peligrosos, se demolieron las estructuras contaminadas y se construyeron tres celdas de confinamiento donde quedó sepultado el suelo infectado con plaguicidas. El área está cercada, sin acceso al público y bajo un esquema de mantenimiento ambiental.
Para el alcalde de Salamanca, César Prieto Gallardo, el saneamiento fue total. Asegura que los olores que aún se perciben en la zona no provienen del antiguo complejo, sino de otras actividades industriales.
El sitio ya está totalmente remediado. Se hicieron las celdas que retuvieron los contaminantes que no eran tan dañinos. Los demás ya fueron a parar en algunos espacios especiales para poder resguardar ese tipo de contaminantes en la zona norte del país. La información que tenemos es que ya está remediado por completo”, afirmó.
Ambientalistas y vecinos desmienten la versión oficial

“Tekchem no está remediado, eso es mentira”, declara Fernando Baca Amador, integrante del Bloque Ambientalista de Salamanca.
Lo que pasa es que no hayan cómo justificar la construcción que hicieron de la planta termoeléctrica, que casi abarcó el terreno de Tekchem. No hayan cómo justificar esa situación, pero si uno va ahí, es una zona enferma”.
Desde otra organización ambiental, Maura Vázquez —representante de Huamat “El Hermano de Asís”— exige pruebas claras sobre los niveles de limpieza alcanzados.
“Lo que nosotros estaremos exigiéndole a la Semarnat obviamente al titular de Profepa y a todos los organismos que corresponda, es que den certeza de que verdaderamente ese sitio está saneado en su totalidad”.
Miguel Ángel Martínez, habitante de la colonia San Juan, insiste en que los olores persisten.
No está todo solucionado ahí adentro de Tekchem. Escarbaron y pusieron carpeta asfáltica, pero es mentira que ya esté saneado el lugar. Si no se lo llevan, si no lo sacan de ahí, el azufre siempre va a generar olores”, afirma.
Un perímetro cerrado y una memoria abierta

Los muros que rodean el terreno impiden ver su interior. Sin embargo, entre los vecinos y organizaciones ambientales, permanece la sospecha.
La explosión del martes 12 de septiembre del 2000 fue el inicio de más de dos décadas de exposición a tóxicos, incendios de residuos y una incertidumbre constante sobre la salud de cientos de familias.
Tekchem se convirtió en una referencia permanente para quienes han vivido bajo una atmósfera cargada de compuestos químicos. Su historia sigue vigente en testimonios, olores y preguntas sin resolver.
La planta comenzó operaciones en la década de 1950 bajo el nombre de Montrose Mexicana, dedicada a la producción de plaguicidas como el DDT. Posteriormente, se integró Lerma Industrial. Ambas compañías fueron adquiridas por Guanomex, que más tarde se transformó en Fertimex.
En 1992, tras la privatización de Fertimex, la unidad Salamanca fue vendida a VelPol, empresa que posteriormente se convirtió en Tekchem. Desde sus inicios, la planta fue señalada por los problemas ambientales derivados de su operación y manejo de químicos peligrosos.
El sitio de Tekchem ha sido descrito como sinónimo de desgracia, calamidad y desventura para la ciudad de Salamanca. Desde que comenzó a operar, fue un punto de conflicto entre la producción industrial y la protección ambiental.
Con la terminación de las tres celdas se han dado por concluidos los trabajos, actualmente solo se les da mantenimiento. Se podrá evaluar el porcentaje de avance toda vez que se realice un estudio de comprobación de los niveles de limpieza alcanzados a través de muestreos.
Los próximos proyectos para realizar en el sitio están sujetos a dicha medición, ya que de ello depende evaluar el futuro uso de suelo.
AAK
