Héctor Ortega Razo, presidente en Salamanca de la Confederación Nacional Campesina (CNC), criticó la prohibición de la siembra del maíz transgénico. . Foto: Alejandro García Vizcaíno

Salamanca, Guanajuato.- Héctor Ortega Razo, presidente en Salamanca de la Confederación Nacional Campesina (CNC), calificó de errónea e incongruente la reforma constitucional que fue aprobada en la Cámara de Diputados y que prohíbe el cultivo de maíz transgénico en México.

Argumentó que los productores agrícolas son quienes sufren las consecuencias de las malas políticas y que en México no hay tecnologías para que el maíz originario y el criollo pueda competir con el transgénico.

Unos diputados que en realidad ni conocen de lo que está pasando en el campo, algunos otros conocen y se hacen… pero la mayoría no se da cuenta del gran daño que le están haciendo al país, porque, por una parte, prohíben que sembremos maíz transgénico y, por otra parte, abren la frontera para las importaciones de puro maíz transgénico”, aseveró el líder cenecista. 

Ortega Razo indicó que México requiere 21 millones de toneladas de maíz blanco para alimentar a la población y los estados que más producen maíz blanco son Sinaloa, Jalisco, Guanajuato y Michoacán, con menor volumen de producción se suma el Estado de México. 

Sin embargo, la contraparte es que estados ubicados al sur del territorio nacional como Chiapas que siembran este tipo de maíz y obtienen muy bajo rendimiento de 1 a 1.5 toneladas de grano por hectárea y solo alcanza para el autoconsumo. 

Déficit de maíz amarillo

Chihuahua y Tamaulipas son estados productores de maíz amarillo del que México necesita 12 millones de toneladas y es un país con déficit de este grano que generalmente se utiliza para engordar animales y para la producción de huevo y pollo. 

A nivel nacional la producción de maíz amarillo es de 4 millones de toneladas y se tiene que comprar maíz transgénico a Estados Unidos.

Que nos dejen competir, que nos dejen sembrar semillas transgénicas o híbridas para poder producir, porque jamás vamos a poder producir con la semilla originaria o la criolla los 12 millones de toneladas que se necesitan y vamos a ser un país que estará dependiendo de lo que mande Estados Unidos”.

El dirigente de la CNC subrayó que en México se está dando un grave fenómeno con la desmedida importación de maíz amarillo (hasta 16 millones de toneladas) y este grano está siendo consumido por la población y está sustituyendo al maíz blanco.

Eso es lo nosotros le decimos a la Cámara de Diputados, unos señores son muy expertos, otros son vividores de la política, pero no están realmente preocupados porque el campo mexicano produzca (…) Tenemos en México una secretaría de agricultura que no se preocupa por la alimentación del pueblo”.

Cosechas no rentables

El líder campesino explicó que el rendimiento en Guanajuato, Jalisco y Michoacán es de 8 a 10 toneladas por hectárea, pero con altos costos de producción, citó como ejemplo que por hectárea se invierten 55 mil pesos, esto equivale a 6,800 pesos para producir una tonelada de maíz, pero hay pérdidas económicas porque cuando llega el tiempo de la cosecha la tonelada la pagan a 5 mil pesos.

Agregó que, además de la tecnología precaria, el productor agrícola en México padece el encarecimiento de la semilla, los fertilizantes y agroquímicos. 

En Estados Unidos, un productor agrícola que siembra semilla transgénica obtiene un rendimiento entre 14 y hasta 20 toneladas por hectárea.

Héctor Ortega Razo enfatizó que es ilógico que en México se prohíba sembrar maíz transgénico porque se considera peligroso, pero se permite la importación.

La semilla transgénica está modificada genéticamente porque está vacunada contra las plagas, los quelites y las sequías, por ello, ofrece altos rendimientos de producción.  

Plantas transgénicas, ¿y por qué no? Defienden en Guanajuato seguridad del maíz modificado genéticamente

AM publicó el 9 de marzo que para la ciencia los transgénicos en plantas como el maíz no son malos para la salud y, por el contrario, pueden ser una herramienta para lograr variedades mejoradas.

La doctora e investigadora del Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, sede Irapuato), María Jazmín Abraham Juárez, explicó que los científicos que trabajan con plantas transgénicas saben, por la evidencia científica, que no son perjudiciales para la salud.

¿Qué son las plantas transgénicas?

Las plantas transgénicas son aquellas que han sido modificadas para introducirles material genético de otro organismo, ya sea de otra planta pero también de algún microorganismo como bacterias, hongos y así es cómo las hacemos, es una herramienta poderosísima para producir variedades mejoradas”, dijo. 

Dos alternativas: transgénicos y modificaciones genéticas

La científica expresó que esto ayuda a las plantas a desarrollarse más rápido y que la producción avance por la tecnología que se les aplica y la cual está basada en lo que ocurre en la naturaleza. 

Así como los ingenieros que fabrican aviones usan una tecnología que se basa en cómo vuelan las aves por ejemplo, así esta tecnología de creación de organismos transgénicos está basada en lo que ocurre la naturaleza y en todos los organismos que conocemos, ya sea plantas o animales e incluso en humanos, está ocurriendo la transformación genética constantemente, naturalmente”, agregó.

La científica refirió que actualmente se realizan modificaciones genéticas que no los convierte en transgénicos, ya que se les hace un cambio en los genes del mismo organismo y de esta manera se crean variedades resistentes a plagas, sequías, calor, pero esto no es nuevo ya que la naturaleza lo hace y esto se ve en la evolución de organismos, que a lo largo de los años se ven las mutaciones. 

“Esas mutaciones son naturales y ocurren en cambios en el DNA y un ejemplo muy clásico es el maíz, porque ahora sabemos que el maíz se originó a partir del teocintle y eso ocurrió en México (…) esa modificación que se creó en los genes fue hace alrededor de 9 mil años, aquí en México y se dio porque los agricultores de ese entonces fueron seleccionando las variedades que a ellos les convenía de acuerdo a las características”, agregó. 

Entonces se hizo una selección de los mejores teocintles y lo fueron transformando creando el maíz actual y las razas criollas que son alrededor de 63 o 64. 

“Esas son variantes del mismo maíz, son la misma especie y solo son variedades diferentes, entonces estos mejoradores a través de todos estos miles de años han ido seleccionando las mejores y de manera intencional hicieron modificaciones, pero ellos lo hicieron de manera tradicional, haciendo cruzas”, indicó.

La técnica Crispr-cas

Para crear una especie de maíz mejorada se necesitan alrededor de 10 años, y con la tecnología de transgénicos que es nueva se han creado variedades mejoradas en tiempos cortos de 1 a 2 años, por lo que se reduce mucho el tiempo. 

Nosotros los científicos estudiamos y optimizamos esas tecnologías para poder obtener variedades mejoradas pero más rápido, utilizando tecnología, entonces actualmente ya existen muchas formas de hacer transgénicos e incluso ya hay una que ha sido muy sonada y que nos interesa mucho en México que se llama Crispr-cas, esa es la tecnología más nueva que existe para crear organismos modificados genéticamente”, expresó. 

Abraham Juárez mencionó que esta tecnología es muy conveniente ya que con ella no se producen transgénicos específicamente, sino que son organismos a los cuales se les modifican los genes, con esta técnica y con la enzima se puede cortar el DNA en el gen que les interesa para crear una variedad y tiene la ventaja que los organismos no son transgénicos sino ‘educados’ y no tienen DNA de otros organismos. 

“El DNA del organismo se modifica y eso les cambia características agronómicas, por ejemplo el tamaño del fruto, rendimiento, mejora resistencia a patógenos o resistencia a estrés como sequía y calor, entonces a través de la historia el objetivo de los científicos es mejorar las condiciones de vida de los humanos”, indicó. 

Manifestó que lo que más les interesa en Cinvestav es la creación de organismos modificados y es donde se está aplicando la edición genética de Crispr-cas. 

Tras investigaciones, llegaron a la conclusión de que la técnica de Crispr-cas es altamente eficiente para modificar, además de que se puede utilizar en plantas, animales y microorganismos. 

Los transgénicos no son malos para la salud, sostuvo la científica, es una tecnología que las personas deben de conocer bien para saberla utilizar. 

HLL

 

 

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