Querétaro, Qro.- A más de un mes de contraer la enfermedad, algunos pacientes con cuadros graves de COVID en Querétaro se ven obligados a realizar terapias para recuperar al sistema respiratorio, pues aún dados de alta, corren el riesgo de que su oxigenación vuelva a caer por debajo del 80%, lo que supondría nuevos daños al cuerpo. 

Juan Carlos Padilla comenzó con síntomas de COVID el 18 de enero de 2021, durante los primeros 5 días los síntomas fueron aumentando de intensidad, y para el 29 de ese mismo mes su situación se volvió crítica, al punto de perder movilidad en el cuerpo casi en su totalidad. 

“Mi temperatura estaba por arriba de los 39 grados& no podía comer, ni me podía mover un centímetro sin sufrir una crisis de tos y asfixia que me dejaban muy débil”, recordó. 

A diferencia de muchos pacientes en estado grave, Juan Carlos decidió no acudir a un hospital y pasar el momento más severo de la enfermedad en su domicilio. Es padre de familia, con esposa y dos hijos de entre 18 y 20 años, por lo que su atención corrió directamente por ellos, además de su doctora particular. 

“Yo mismo le dije a mi esposa que bajo ningún motivo quería ir a un hospital& así que gracias a ellos es que yo estoy aquí, pero también fue un infierno para ellos”

En el peor momento, Juan Carlos marcó un 65% de oxigenación; a pesar de esto, su familia respetó su decisión de mantenerlo en casa, conectado siempre a tanques de oxígeno que se terminaban en un día como único apoyo.

Debido al dolor corporal, le fue imposible comer en sólido, por lo que durante 6 días su alimentación consistía en papillas o licuados. 

A pesar de que se ha recuperado y que ya recibió su alta médica, aún se ve obligado a dormir con oxígeno, además de que también lo requiere por lo menos 3 horas al día para evitar fatigas que pueden presentarse por caminar distancias cortas, subir escaleras o cargar algunos objetos, por lo que estas actividades le son limitadas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 51% de las secuelas que deja el virus afectan el sistema respiratorio. En los casos más graves se presentan cuadros de fibrosis pulmonar, es decir, cicatrices en los pulmones que no tienen cura y que únicamente se controlan con terapias. 

“Hago ejercicios como soplar, aguantar la respiración, inflar el abdomen, las costillas, el pecho, en distintas series y varias veces al día”, afirma Juan Carlos. 

Si bien las terapias son el principal tratamiento para la recuperación de pacientes con COVID en estado grave, la propia OMS reconoció que existe el riesgo de que estas secuelas sean permanentes, no obstante, la capacidad de oxigenación puede llegar a recuperarse por arriba del 90 por ciento

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