Viajar es un “vicio” que nos enseñó mi suegra, Doña Raquel Muñoz, a quien le ¡encantaba hacerlo!. Yo creo que es una de las pocas personas que he conocido, que recorrió el mundo entero… ¡y la verdad, es realmente HERMOSO conocer diferentes lugares, culturas, gente, comidas, costumbres, paisajes, edificios, épocas!
Pero uno de los elementos más importantes para hacerlo de una manera rápida y cómoda, son los aeropuertos. Con ellos te das mucha cuenta de cómo son los diferentes países, qué tan avanzados están, qué tanta tecnología usan, cuáles son sus costumbres, cómo es su gobierno, cuáles son sus reglas, qué tanto les importan los turistas y sus mismos ciudadanos. Los aeropuertos son las puertas de entrada ( y también de salida) para cualquier lugar y gracias a ellos llegas y te vas con un buen o con un mal sabor de boca de aquel lugar… lo que te puede ayudar a querer o no regresar allí.
He tenido la fortuna de conocer, junto con mi esposo, diferentes países y aeropuertos, gracias a ese bello gusto que nos heredó mi suegra.
Recuerdo un aeropuerto en África ¡en el que desde la puerta de embarque. te gritaban la ciudad (o mejor dicho, población, porque eran pequeñas) adonde tenías que trasladarte! ¡qué risa! obviamente, el lugar estaba caluroso, lleno de polvo y con muy pocos lugares para sentarte.
Cuando fuimos a la India, para solo entrar al aeropuerto tenías que presentar tus tarjetas de embarque, pasaporte, maletas, bolsa, todo. Solo podían ingresar aquellas personas q iban a volar, si alguien te había llevado y se quería despedir, tenia q ser afuera del mismo, ¡ya se imaginan las aglomeraciones que había!. Ya adentro, te podían revisar todas tus cosas, literal y absolutamente TODAS tus cosas, más de 7 veces, diferentes personas y grupos de guardias hasta que llegabas al avión. Te abrían tu bolsa de mano, sacabas todo, lo volvías a meter y a los 3 metros, había otro grupo que te pedía hacer lo mismo… como si no confiaran en lo que había hecho el anterior. Entiendo que fuimos en una época donde tenían miedo al terrorismo, de hecho, cuando regresamos fue el atentado famoso al hotel de lujo del que hasta hicieron una película… pero a mi parecer, te hablaba de burocracia, de falta de confianza, de demagogia… yo creo en hacer las cosas, UNA vez, pero bien hechas.
Dicen que en China su aeropuerto, tiene tanta tecnología de avanzada que con el reconocimiento facial, te indica tu vuelo, el horario y hasta la puerta de embarque.
Esto viene a cuento, con la discusión que resurgió en nuestro país ante la aparición de nuestro ex-presidente Peña Nieto para defender el NAIM. Dice claramente y con toda razón, que la presunta corrupción de la que nos hablaron para cancelarlo, después de 6 años, ¡nunca se ha comprobado! No hay NADIE acusado y menos encarcelado por ella. ¡Qué coraje me da darme cuenta que gastamos un 30% más que lo que nos hubiera costado terminarlo, reuniendo los costos de cancelarlo y la construcción del AIFA!. Y todo, al parecer, por el capricho del último Presidente, quien a pesar de los consejos de sus asesores cercanos, hizo una “votación” a mano alzada frente a un centenar de sus seguidores y con eso dio al traste con un proyecto que nos elevaba al futuro o que nos hundió en la mediocridad de una república bananera.
El aeropuerto de Turquía, aquel que empezaron al mismo tiempo que el NAIM, quedó precioso. Según IA, “manejó alrededor de 80 millones de pasajeros en 2024, lo que lo convierte en el segundo aeropuerto más transitado de Europa y el segundo más transitado de Medio Oriente. El aeropuerto tiene capacidad para 90 millones de pasajeros en su primera fase, con planes de ampliarla para atender hasta 200 millones de pasajeros anuales. Se espera que eventualmente sea el aeropuerto más grande del mundo en términos de capacidad de pasajeros. Además de ser un importante centro de transporte, el Aeropuerto de Estambul también es reconocido por su diseño y tamaño, con planes de operar vuelos a más de 350 destinos”. Obviamente, NADA que ver con el AIFA, que desde el 2022 que se inauguró hasta el día de hoy, ha movido 11 millones de pasajeros… y que “entre 2022 y 2023, registró pérdidas acumuladas por 1,568 millones de pesos y recibió subsidios y apoyos del gobierno federal por un total de 2,456 millones de pesos”, según Eje Central.
Cuando un aeropuerto es bueno y necesario, no ocupa que le mandes vuelos de carga o que obligues a las aerolíneas comerciales o a las tiendas a instalarse. Ahí tenemos el de Guadalajara que están remodelando y que quedó bonito y cómodo. O el mismo del Bajío, que cada vez está más amplio y con más servicios como los estacionamientos de larga estancia y techados.
Es de verdad, una tragedia que por la falta de visión de alguien, tengamos que sufrir y pagar todos… porque las pérdidas y subsidios salen de nuestros impuestos. Pudiendo tener un aeropuerto de primer mundo, que deje ganancias y que sea una puerta de entrada gloriosa para que nuestros turistas anhelen regresar, tenemos uno que no funciona y es insuficiente, y otro, lleno de parches y goteras… ¡y pagamos 30% de más!
AAK
