CONCENTRAR cámaras y micrófonos día tras día, le está pasando la factura a la presidenta Claudia Sheinbaum. Al ser vocera de sí misma y de toda la 4T, es ella quien carga con el desgaste político de cualquier problema que surja. Y justo eso es lo que le pasó el fin de semana al enfrascarse en un pleito prácticamente personal con Jeffrey Lichtman, el abogado de Ovidio Guzmán.

ANTE LAS FEAS acusaciones de Lichtman, lo lógico hubiera sido que salieran a responderle el canciller, el secretario de Seguridad y, por supuesto, la titular de Gobernación. Pero Juan Ramón de la Fuente quién sabe dónde andaba; Omar García Harfuch andaba desbaratando bandas huachicoleras, y Rosa Icela Rodríguez ese día prefirió hablar de… ¡nacimientos en las familias mexicanas!

INCLUSIVE AYER Sheinbaum volvió a subirse al ring, al anunciar que la Consejería Jurídica presentará una demanda por difamación en contra del abogado Lichtman. En lugar de dejar que el tema lo manejara directamente Ernestina Godoy, la Presidenta se puso otra vez los guantes en una pelea que no necesita ni es suya. 

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POR CIERTO, da la impresión de que Godoy no está asesorando muy bien a la Presidenta, pues la idea de demandar a Lichtman no es muy sólida que digamos. De entrada porque el supuesto delito (las declaraciones del abogado) se cometió en Estados Unidos, por lo que se le tendría que denunciar allá y no en México, como indicó Sheinbaum.

ADEMÁS, denunciarlo aquí sería bastante difícil porque ese delito está despenalizado a nivel federal y en la mayoría de los estados, por lo que sólo unas cuantas entidades lo mantienen en sus códigos penales.

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QUIÉN LO IBA a decir: las teorías de la conspiración que tanto ayudaron a construir el movimiento que llevó a Donald Trump a la Presidencia, paradójicamente, se están convirtiendo en la principal amenaza para su gobierno. Spoiler alert: estamos hablando del caso de Jeffrey Epstein, acusado de delitos como tráfico y abuso sexual de menores; y quien se suicidó en su celda.

LOS LLAMADOS Expedientes Epstein eran una especie de Santo Grial de los MAGA fanáticos, quienes aseguraban que ahí estaban las pruebas de los delitos más delirantes de los que acusaban a Hillary Clinton, Barack Obama, por supuesto Joe Biden y toda la alta sociedad hollywoodense que tanto desprecian. Y, claro, Trump prometió abrir esos archivos.

EL PUNTO ES que ahora el Departamento de Justicia se está echando para atrás, aseguran que en esos archivos no hay nada interesante y se niegan a darlos a conocer. Y esto tiene a los trumpistas muy enojados con el propio Trump.

LO QUE no está claro es si los Expedientes Epstein son una simple fantasía de los MAGA… o si de verdad hay algo que Donald Trump no quiere que se sepa.

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