El libro “Große Pianisten in unserer Zeit” (Ed. Piper-Schoot, Band 8295) de Joachim Kaiser (tr. Grandes pianistas de nuestro tiempo) contiene espléndidos análisis sobre famosos pianistas del siglo pasado como Rubinstein, Horowitz, Arrau, Richter, Gould, Argerich, entre otros, y al abordar las características de la interpretación pianística de cada uno abunda en términos como: furia, pasión, fogosidad, aterciopelado, ardiente, suave, tierno, sentimental y otros más, por ejemplo; la fogosidad de la interpretación de la Polonesa Heroica Opus 53 de Chopin interpretada por Horowitz, o, la sublime suavidad de la Arieta de la Sonata Opus 111 de Beethoven interpretada por Arrau.
Es común considerar estos términos como algo un tanto subjetivo. En realidad, un artículo reciente muestra que el timbre obtenido por un pianista depende de la dinámica y características del micro desplazamiento con que el pianista presiona cada tecla.
El misterio anterior tenía siglos sin revolverse en el mundo de la interpretación pianística y fue estudiado por el Dr. Shinichi Furuya del “Neuro Piano Institute and Sony Computer Science Laboratories” en Japón.
Sus conclusiones fueron reportadas el pasado 22 de septiembre en una prestigiada revista científica (ver: Kaori Kuromiya, Yuya Kobayashi, Masato Hirano, Shinichi Furuya, “Motor origins of timbre in piano performance”, Proceedings of the National Academy of Sciences, 2025; 122-39). Se presume que por primera vez un estudio científico muestra cómo la micro-manipulación de un teclado puede producir diferente timbre.
El grupo de investigación desarrolló un sistema sensorial de extrema precisión que puede medir los movimientos de las teclas con una resolución de mil femtosegundos cuando son accionadas por pianistas profesionales intentando expresar diferentes timbres en el piano.
Los resultados muestran que quienes escuchan pueden distinguir la intención del timbre del pianista independientemente de que estos tengan o no experiencia en la ejecución del piano. El grupo fue capaz de identificar exitosamente los movimientos de las teclas que producen las diferencias en el timbre.
Este resultado muestra que la centenaria pregunta que titula este artículo no es solamente una metáfora sensorial sino una habilidad científicamente corroborada. Estos resultados a su vez abren la posibilidad de visualizar y enseñar los movimientos específicos que producen el timbre deseado. Esto también muestra el altísimo nivel de control motriz que el intérprete refleja ante el público oyente en la percepción artística.
Mientras que el tono y el volumen claramente dependen de la manipulación del instrumento, había poca evidencia de casos en que un instrumento que debe producir cierto sonido lo produce con diferente timbre. Este tema permaneció durante muchos años como una pregunta abierta sin respuesta definitiva.
Por tanto, el saber cuáles son las habilidades que le permitirán a un intérprete producir diversas expresiones permanecía desconocido.
Los investigadores usaron un sistema sensor sin contacto para medir el movimiento de las ochenta y ocho teclas de un teclado con una resolución temporal de mil femtosegundos y 0.01 milímetros de resolución espacial. Este aparato analizó los movimientos de las teclas cuando veinte pianistas con amplio reconocimiento internacional lo usaron con objeto de producir diferentes timbres como; brillante/oscuro, y, ligero/pesado, entre otros.
Adicionalmente el equipo de investigadores realizó un experimento psico-físico con cuarenta participantes, incluyendo a pianistas, así como a personas sin experiencia ni formación musical.
Los resultados muestran que la intención del timbre de los pianistas era consistentemente percibida por los miembros del auditorio participante, independientemente de su experiencia musical. Sin embargo, los miembros del público con experiencia musical pianística fueron capaces de distinguir las diferencias de timbre con mayor claridad.
También se encontró que esta capacidad para distinguir el timbre era posible independientemente del volumen y tempo, factores que previamente se consideraba que influían en la percepción del timbre.
