Vemos a un Gobierno federal demasiado enfocado en la grilla, pero muy poco dedicado a los problemas que aquejan a nuestra economía. Ya vieron ustedes que la proclamada “autosuficiencia” alimentaria ofrecida por el embustero del Mahoma Macuspano resultó puro cuento ante la necesidad de importar casi el cuádruple de maíz blanco para poder surtir los requerimientos de consumo del País.
¿Por qué? Principalmente porque éste y el pasado Gobierno han desatendido el campo de manera lastimosa. Para colmo, así como hay huachicoleo fiscal, así también, con pedimentos mentirosos, están importando al País maíz transgénico, supuestamente prohibido. No estaría de más que la Presidenta le preguntara a su asesora y amiga, Altagracia Gómez, directora de Minsa, empresa tortillera, cómo está este asunto, para que se lo explique.
El maíz no es el único cultivo cuya producción se encuentra en crisis. Tomen, por ejemplo, la industria azucarera: emplea directa e indirectamente a cerca de 3 millones de personas en el campo mexicano, además, representa cerca del 2.5 % del PIB del sector agropecuario; pese a su importancia, el Gobierno -la Secretaría de Agricultura- no mueve un dedo para sacarla de dos factores que la golpean y ponen en peligro.
Uno es el contrabando: huachiazúcar fiscal que entra por la frontera sur procedente de Guatemala, generando en México una sobreoferta de azúcar y, en consecuencia, un debilitamiento de los precios. Los cañeros y azucareros venden a costo debido al desbalance entre oferta y demanda.
Agravada ésta por el segundo factor: se han desplomado las exportaciones de azúcar hacia Estados Unidos. Recién firmado el T-MEC, México le exportaba a EU un millón de toneladas de azúcar, pero, al mismo tiempo, importábamos un millón y medio (aprox.) de toneladas de fructosa, mala para la salud.
Hoy, en pleno reinado de la presidenta Sheinbaum, México apenas exporta a Estados Unidos menos de 200 mil toneladas de azúcar, pero seguimos importando el millón y pico de fructosa. ¡No existe simetría alguna en el comercio de azúcar con Estados Unidos!
Si el Gobierno se pusiera las pilas y se preocupara por mejorar las condiciones del campo mexicano, podría hacer -cuando menos- dos cosas. Por un lado, frenar el contrabando de azúcar, maíz y otros granos que entran por nuestras aduanas, como entraban los 30 buques de huachicol fiscal de los marinos hermanos Farías Laguna. Adicionalmente, deberían equilibrar la competencia en cuanto a la importación/exportación en el comercio con EU.
Si EU sólo acepta menos de 200 mil toneladas de azúcar, entonces México no tiene por qué importar cinco veces más fructosa (que reemplaza al azúcar, sobre todo en la industria refresquera). Eliminando del mercado el exceso de fructosa se lograría un equilibrio entre oferta y demanda interna de azúcar, fortaleciendo los precios y apuntalando tanto a los cañeros como a los ingenios, muchos al borde de la quiebra. De suceder esto último, habrá zonas enteras del País donde se produce caña en las que las tasas de desempleo se dispararían a niveles de ruptura social.
Sentimos que este Gobierno -al igual que el anterior- se ha distraído en lo que es el cumplimiento de sus responsabilidades de sostener el fomento a la producción agrícola en el campo mexicano. Sí, exportamos mucho aguacate, fresas, tomates, papayas y etcétera, pero esto se logra no gracias a, sino a pensar de, el desentendido Gobierno que tenemos: parece que ellos prefieren organizarse en torno a ideologías políticas tontas que en nada ayudan al campo.
Tan no han hecho su tarea que ya vieron ustedes las cifras: México elevó las importaciones de maíz blanco en un 268 % de enero a agosto (año con año). Esta cifra pinta de cuerpo entero el fracaso de los Gobiernos de la 4T a la hora de impulsar la productividad del agro. Queda claro que estas gentes no defienden los intereses del pueblo, sino que sólo se abocan a incrementar su poder, aunque el pueblo la pague y se friegue.
