Sólo por hoy hagamos a un lado a los almirantes almidonados, pero enchapopotados hasta las pestañas, para comentar con ustedes, amables lectores, un tema local de alto impacto. Sorpresa fuerte resultó para nosotros que Mauricio Fernández Garza, Alcalde de San Pedro, N.L., pidiera este lunes licencia, anunciando que en dos semanas renunciará al puesto. Todo esto por motivos de salud, al contrario de esos políticos que se aferran al hueso: al percatarse de que su crisis de salud le impediría desempeñar el cargo cabalmente, Mauricio prefirió renunciar a él. Se requieren enormes cotiledones para anteponer la buena marcha del municipio por encima del interés personal.

Se gana Mauricio el respeto y admiración de sus conciudadanos: ningún político es perfecto, pero en su caso, sus logros sobrepasan por mucho sus defectos. Una de sus cualidades es su visión producto de fuertes convicciones: sólo a él como Alcalde se le pudo presentar la idea, y luego realizar su ejecución, de obras como el Paseo de los Duendes, estructura urbana que vino a revolucionar la interacción de los ciudadanos con su municipio.

Mauricio siempre ha sido un funcionario efectivo, ejecutivo y echado pa’ delante; por ello, siempre luchó por incrementar la conectividad intermunicipal este-oeste y norte-sur. Entre sus muchos otros logros transformadores, debemos apuntar el desarrollo de Valle Oriente. Sin duda que el municipio que ha gobernado por cuatro ocasiones es lo que es hoy en gran medida gracias a él.
Claro, Mauricio es controvertido, pero la otra cara de la moneda señala que, aunque no siempre tuvo todo a su favor, el juicio de la Historia certificará que amó a San Pedro y que todo lo que emprendió lo hizo pensando en su grandeza. Pudo haber cometido errores -¿quién no?-, pero siempre buscaba impulsar la buena marcha de lo que es hoy el municipio No. 1 de México, bajo casi cualquier medición.

Ahora muchos se estarán preguntando: ¿qué sigue? Una vez que presente su renuncia, deberá reunirse el Cabildo sampetrino y nombrar a un Encargado de Despacho. Luego el Congreso del Estado votará por ratificar a la persona designada por el Cabildo o nombrar a otra, ya como Alcalde Sustituto. Contrario a lo que se cree, el Congreso estatal no está obligado a elegir a una persona del mismo partido: es costumbre y cortesía política que se haga, pero no puede considerarse una certeza. Se dice que se seguirá la recomendación que haga el Alcalde luego de pedir licencia.

Los momios parecen favorecer al ciudadano Mauricio Farah en el Cabildo, aunque se advierte que en el Congreso, dada la división de fuerzas, pudiera optarse por el actual Secretario del Ayuntamiento, Luis Susarrey. Y no se puede descartar que, con miras a la elección de 2027, el Gobernador quiera meter su cuchara; el problema es que no controla el Congreso, hoy bajo el PRI y el PAN y sus respectivas tribus. San Pedro Garza García es una joya muy preciada, pero se requerirían circunstancias muy especiales para que acabara en manos que no sean del PAN.

Ya relevado de la carga que le impone el puesto, Fernández Garza se puede dedicar en cuerpo y alma a la tarea de sanar; esperamos que los adelantos de la ciencia le permitan vencer sus males. Decimos esto con la esperanza de que, una vez repuesto, pueda regresar a la vida pública a contribuir con sus visionarios conceptos urbanos, culturales y económicos, no sólo a la buena marcha del municipio que ha gobernado por más tiempo que nadie en la historia moderna, sino también a impulsar el bienestar de su Estado, al cual representó como senador de 1994 a 2000, siendo luego candidato a Gobernador en 2003.
La política estatal requiere de hombres genio y figura como Mauricio Fernández, de aceradas ideas, pero también sólido e inteligente impulsor de la modernidad y el crecimiento económico de nuestra entidad.

¡Salud, “Tío Mau”, y pronto restablecimiento!

 

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