La democracia es un ideal universalmente reconocido y uno de los valores y principios fundamentales de las Naciones Unidas. Proporciona un entorno para la protección y el disfrute efectivo de los derechos humanos.
En un momento marcado por la desinformación, el autoritarismo y la reducción del espacio cívico, la labor democrática es más relevante que nunca. Se festeja el coraje de las personas y comunidades a las que presta apoyo, que siguen defendiendo la democracia como fuerza impulsora de la dignidad, la inclusión y la paz.
La democracia obtiene su energía de las personas: sus voces, sus elecciones y su participación en la configuración de sus sociedades. Florece cuando se protegen los derechos, especialmente los de aquellos que con más frecuencia se quedan atrás.
En palabras de António Guterres: “el valor de las personas que, por todo el mundo, dan forma a sus sociedades mediante el diálogo, la participación y la confianza”, y que hoy son más necesarios que nunca.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia organiza un acto el lunes 15 de septiembre en la sede de la ONU, para poner de relieve cómo puede transformarse la participación democrática “De nuestras voces a la acción”. En un momento de reducción del espacio cívico y creciente desinformación, es más urgente que nunca fomentar la confianza, el diálogo y la toma de decisiones compartida, este acto busca demostrar que la democracia es una fuerza viva para la acción, la esperanza y la cooperación.
La democracia es un ideal universalmente reconocido y uno de los valores y principios fundamentales de las Naciones Unidas. Proporciona un entorno para la protección y el disfrute efectivo de los derechos humanos. No es solo un sistema político, también es una forma de vida que se aprende, se practica y se vive en distintos espacios.
Se aprende en la familia: Es el primer espacio donde se ejercita el respeto, la escucha y la toma de decisiones compartidas. Por ejemplo: cuando se dialoga y se busca consenso en lugar de imponer.
En la escuela a través de elecciones estudiantiles, debates, participación en proyectos y convivencia respetuosa. La educación cívica enseña derechos, responsabilidades y formas de organización.
En la comunidad participando en asociaciones vecinales, grupos culturales o religiosos donde se toman decisiones colectivas. Ahí se vive la corresponsabilidad y el sentido de pertenencia.
En la sociedad civil ONGs, sindicatos, colectivos ciudadanos enseñan a organizarse, exigir derechos y participar en causas comunes.
En la vida política Mediante el voto, la rendición de cuentas, la participación en cabildos abiertos y consultas ciudadanas. También observando el comportamiento de representantes y aprendiendo de la práctica democrática.
¿Cómo se vive la democracia? Respetando la diversidad de ideas, creencias y formas de vida. Practicando la libertad con responsabilidad, sin dañar a otros. Ejercitando la participación activa, no solo en elecciones, sino en la vida diaria de la comunidad. Promoviendo la igualdad y la justicia, para que todas las voces tengan el mismo valor. Dialogando y resolviendo conflictos pacíficamente, evitando la imposición o la violencia. Exigiendo y cumpliendo derechos y deberes, porque la democracia se sostiene en un equilibrio.
La democracia se aprende en la familia, la escuela y la comunidad; y se vive en lo cotidiano cada vez que practicamos el respeto, el diálogo, la participación y la responsabilidad compartida.
¿Existe la democracia en los ámbitos en que te encuentras?
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!
