A propósito de la visita de Marco Rubio.

“Jamás vamos a poner en riesgo nuestra soberanía, jamás permitiríamos que el ejército norteamericano u otra institución de Estados Unidos pisara territorio mexicano”.

Aplausos, Presidenta.

Tiene razón, pero…

Sorry doctora, soy contreras por naturaleza.

Y la neta, ustedes usan (que digo usan, abusan) la soberanía para escudar ideología, terquedad y pentontez.

Es su excusa favorita para defender e implementar lo que sea.

Para entender por qué, habría que remontarse al significado de soberanía.

Según el sitio “concepto”, el término soberanía proviene del término francés souveraineté y éste del latín superanus, ambas refieren al sentido de un “poder supremo”. El pensador francés Jean Bodin utilizó el término en el siglo XVI para promover y justificar el poder del rey.

Ándale, ya vamos viendo por qué a la 4T le gusta tanto la palabreja: ¡se creen reyezuelos y construyen un imperio!
Explica el sitio que el significado contemporáneo proviene en gran medida del filósofo inglés Thomas Hobbes, quien afirmaba que en todo estado debía existir una persona o un conjunto de personas que concentraran el poder supremo para imponer la ley.
Hobbes dice que dividir ese poder destruye la unidad del estado.

Otra vez, caliente, caliente… también por eso les gusta.

Ya va quedando claro. A los políticos les gusta la soberanía porque es la herramienta de control máximo.

Pero falta lo más importante: ¿qué significa para el ciudadano?

El concepto de soberanía en la época moderna surge “a partir de la obra de pensadores como John Locke y Jean-Jacques Rousseau, filósofos que plantearon que el estado se basa en un contrato social por el que los ciudadanos transfieren su poder al gobierno, que garantiza seguridad y protección mutua, manteniendo la soberanía en el pueblo”.

¡Exacto! El ciudadano debe estar al mando.

A fin de cuentas, la soberanía debe beneficiarte a ti, a mí, a nosotros.

Este es el rasero bajo el cual el gobierno debería tomar estas decisiones clave en las cuales utiliza la soberanía como excusa.
Por ejemplo, respecto a la posible ayuda de Estados Unidos para combatir a criminales: ¿la negamos a toda costa envolviéndonos en la bandera nacional para aventarnos del Castillo de Chapultepec o fijamos condiciones para recibirla?

Para mí la respuesta es obvia.

Pero te propongo que para contestar le deberíamos preguntar a las víctimas de la violencia. Consultar qué opinan en Guerrero, Sinaloa, Guanajuato, Chiapas, Tabasco, la sierra Tarahumara o Tamaulipas. Hombre, pregúntenle en Veracruz a los familiares de la maestra doña Irma Hernández.

¿Qué querrán ellos?

Y luego actuemos en consecuencia. Y luego defendamos la soberanía de México en beneficio de la ciudadanía.
Porque de poco sirve el orgullo nacional en el cementerio.

OJO, por supuesto que amo a México y por supuesto que quiero un país soberano y libre. Pero libre para los ciudadanos.
Soberanía para todos.

Pasemos a otro tema donde se abusa del concepto para defender tozudeces ideológicas: petróleo y electricidad.

La 4T equipara soberanía a defender a capa y espada a paraestatales gordas e ineficientes.

En el tema eléctrico la verdadera soberanía para el ciudadano es contar con electricidad al mejor precio, limpia y en el lugar y las cantidades que se necesitan. Punto. Es irrelevante si la luz la genera la CFE o una compañía privada porque la electricidad no se exporta. Una vez que la inversión privada está en México, esa electricidad se consume aquí.

La soberanía en petróleo y gas es clave, la requerimos. Pero es imposible lograrla con una empresa fracasada (relee “Pemex fallida”). Esa mal concebida soberanía condena a los mexicanos a un sangrado presupuestal constante. Y lo peor, al final no tendremos autosuficiencia energética porque la misma requiere a fuerzas de eficiencia productiva.

Presidenta, le propongo que defienda la soberanía en público, pero que en privado acuerde con Marco Rubio cooperación y ayuda.
La necesitamos, nos urge.

Cambie su mira, Doctora: no es una soberanía que defienda al rey (o la reina). No. Es una soberanía que beneficie al ciudadano.
Posdata. La concentración del poder siempre termina mal. Morena tiene malas ideas y concentra todo el poder. ¿Qué podría salir mal?

En pocas palabras…

“En ausencia de la justicia, la soberanía es un robo organizado”.

San Agustín

Twitter: @jorgemelendez
 

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