Cada temporada de lluvias, las inundaciones pluviales nos colocan en una reflexión existencial, que nos orienta a pensar en castigos divinos, o en cosas más terrenales: la irresponsabilidad, negligencia o corrupción de servidores públicos que son contratados para evitarnos especulaciones en contra del creador.
Igual cada temporada de lluvias, vuelvo al tema, preguntándome si hay algo que les dé a los servidores públicos un poco de entusiasmo para hacer su trabajo, porque la tarea no es fruto de ocurrencias sino de líneas muy bien trazadas, y me refiero a que tienen de documentos de cabecera, el Atlas Estatal de Peligros y Riesgos, el Atlas Municipal de Peligros y Riesgos. De manera particular, tienen muy claros los “Puntos de riesgo por inundación del Programa Anual de Inspección, Evaluación y Diagnóstico de Celaya”.
Desde hace años, he insistido en que el gobierno municipal debe trabajar en la prevención de riesgos derivados de las lluvias, y claro en el cauce de agua del río Laja. La preocupación es simple, Celaya está construida en tierra baja, en una zona pantanosa.
En los últimos 50 años, Celaya ha sufrido reiteradas inundaciones que han afectado el patrimonio y la salud de la población, uno de sus últimos eventos de trascendencia nacional fue en la zona sur donde se encuentra la planta Honda. Ese es su Talón de Aquiles. Si bien es cierto, que estos riesgos son naturales, no lo es, dejarlos a la suerte, sobre todo cuando se cuenta con la información y las herramientas técnicas y tecnológicas para prevenirlos.
Es muy común observar como algunos canales de agua que atraviesan la ciudad están llenos de tierra y basura. Y de manera sorprendente, observamos como las colonias de la zona sur se inundan, a pesar de su edificación es reciente. El desbordamiento del rio Laja, es una combinación de irregularidades que se dan en su recorrido de 137 kilómetros, de norte a sur del estado de Guanajuato.
Responsabilidad municipal.
Y repito, siempre de manera muy casual, surge la idea simplista que las inundaciones son por la basura que se tira a las calles, pero solo distrae de las responsabilidades del gobierno municipal en relación a sus tareas: Desarrollo Urbano, avala técnicamente la viabilidad de los fraccionamientos y supervisa la normativa de construcción, y claro el Ayuntamiento en pleno los autoriza.
JUMAPA como empresa descentralizada es responsable de mantener la red de drenaje y alcantarillado funcionando, cobra una cuota mensual por ello, además, valida la infraestructura hidráulica de los fraccionamientos que se construyen.
Protección Civil Municipal, es el encargado del Programa de Protección Civil para la Atención del Fenómeno Hidrometeorológico para la temporada de Lluvias y Ciclones Tropicales, su trabajo es prevenir los riesgos, pero opera como un organismo reactivo, no preventivo, de apoyo –cuando lo hace- posterior a los hechos; Desarrollo Social, a través de Participación Ciudadana debería de involucrar a las habitantes de las colonias, y a sus representantes para la realización de acciones de previsión y prevención voluntarias.
Obras Publicas, debería de mantener los canales de agua desazolvados y limpios; la Dirección de Servicios Municipales y concretamente el área de limpieza tiene la responsabilidad de mantener limpias las calles. Claro, que pretender un ideal ciudadano que coopera es reconfortante, pero de cierto, la eficiencia de los servicios municipales es fundamental.
Zonas de riesgo.
Protección Civil, así como las otras direcciones que están vinculadas en atención a los focos de riesgo, y concretamente a las zonas inundables, debemos preguntarnos ¿Qué hacen? Le comento, el Sistema Municipal de Protección Civil tiene identificadas zonas de riesgo, más allá de las especulaciones ciudadanas, las colonias con mayor frecuencia de inundaciones derivadas de la presencia de precipitaciones intensas, entre otras son: El Cantar, Los Álamos (con inundaciones de aproximadamente 1 metro de profundidad en los encharcamientos, ocasionados por fallas en el drenaje procedentes de la obstrucción de basura en la infraestructura hidráulica), San Miguel Octopan (específicamente en la calle Amado Nervo, donde el agua ha llegado a meterse a las casas, alcanzando una profundidad de aproximadamente 50 cm).
La Alameda, parque central de Celaya, Villas del Romeral, La Luz, Villas de los Arcos, Gobernadores (con una profundidad de aproximadamente 50cm), Canal de Labradores (canal donde desagua la ciudad de Celaya, el cual presenta antecedentes de desbordamiento, regularmente se le destinan labores de mantenimiento, limpieza y elaboración de un cajón), precisamente, al desbordarse hace unas semanas, trajo consigo, la inundación de la colonia Cuauhtémoc en donde perdieron su precario patrimonio sus habitantes. En la Avenida México Japón, es recurrente las inundaciones, por ello de manera frecuente se hacen obras para reducir esta problemática.
Usted seguramente se preguntará porqué unidades habitacionales como Los Olivos que se encuentra en la zona nororiente, de edificación no tan reciente, se ha inundado hasta alcanzar más de 70 centímetros de profundidad; y en la zona contraria -de edificación muy reciente-, en el surponiente, unidades habitacionales como Campo Azul, Villa de los Arcos y más, se han inundado con niveles semejantes. El reglamento para edificar es muy claro, y técnicamente sería imposible que se inundaran, salvo que “naturalmente” en unos cuantos años se haya hundido el terreno, o simplemente no se siguieron los protocolos, o las reglas de construcción no fueron supervisadas correctamente.
Hay otros casos como el Romeral que se encuentra en la zona suroriente, tiene inundaciones recurrentes por varios motivos: uno el canal que corre por la avenida 2 de abril y desemboca en el rio Laja, esta azolvado; dos, cuando la lluvia es abundante el canal funciona a la inversa, en lugar de drenar, regresa el agua; tres, los drenajes están sin mantenimiento preventivo y correctivo, esto ocurre en casi todas las zonas inundables de la ciudad.
La política y las inundaciones.
Jumapa desde hace años sabe dónde se encuentran las zonas de riesgo, y no tiene un plan de acción, a pesar de contar con uno de los presupuestos más altos, que superan los 600 millones de pesos. Igualmente, ahora opera de manera reactiva, y bajo la presión social y política, como lo fue en avenida 12 de octubre.
Jumapa, a pesar de cobrar drenaje y alcantarillado, le resulta cómodo esperar a que la misma gente que terminó odiando la pasividad de los anteriores gobiernos, los rechace a ellos. Al final, el director, Saul Trejo oriundo de la tierra del cacahuate, sabe que el próximo candidato a la presidencia municipal de Tarimoro, será él, en sustitución de su padre, el actual alcalde. Así que, esta ciudad que no lo vio nacer, puede seguir con su drenaje y alcantarillado tal y como está. Pero bueno, JUMAPA, siempre será un botín político de la legión extranjera.
Lo que ocurre en desprotección civil, no es gratuito, los afanes del ciudadano alcalde han prosperado, primero porque despidió al personal que tenía la experiencia y conocía la ciudad, a pesar de haberles prometido que no lo haría; luego porque contrató a los personajes que dijo que ya no contrataría, y dejó a los que dijo que despediría; que los personajes efectivamente salieron más garañones que la fama que traían a cuestas. Recordemos la trifulca sentimental, que terminó con el despido del titular, Alfonso Santoyo Niño que, por cierto, muy socarronamente, el mismo alcalde, señalo como telenovela. A la postre, llegó quien desde el inicio había sido nominado para el puesto, Salomón Ocampo Mendoza, famoso en redes sociales por sus distracciones veraniegas en playas del sureste del país.
Es cierto que un reducido sector de la población tira basura en las calles, pero existe una comisión de Reglamentos del Ayuntamiento Municipal, que debería poner reglas y sanciones razonables a quien lo haga; y claro, materializar jornadas de concientización y educación ciudadana para evitar que la basura sea tirada en la calle, e incluso desde los drenajes domésticos y comerciales, pero, ni la relección los motiva para intentar hacer bien su chamba. Quizá intuyan que entraron con el pie izquierdo, y que la buena suerte de ellos venia de color sangre, y que ojalá no se repita nunca más.
Ya para terminar, le comento a mis tres lectores que desde hace años están agendadas obras para prevenir inundaciones, para restaurar el rio laja, para aprovechar el agua de lluvia, para que el agua siga siendo una bendición, siempre y cuando exista la voluntad, el conocimiento, la experiencia profesional, y el amor a esta ciudad que resiste y nos protege a pesar de todo. Qué la lluvia lave todo lo malo, pero de manera muy especial que se de una vuelta por la presidencia municipal
Revolcadero. Alcaldes de México. Hay quien camina con dos pies izquierdos, y además lo presume con premio y portada en revista nacional.
