Ah cómo les gusta a los Morenos presumir la justa medianía. Detrás de este evangelio está la idea de que la pobreza es buena.
Primero que nada, lo que molesta es la hipocresía, señores y señoras cuatroteros. Lo que molesta es que prediquen la pobreza y presuman su riqueza. Lo que molesta es que quieran vender que son distintos cuando con los hechos nos demuestran que son iguales.
O peores… ¡por hipócritas!
Pero voy al punto de esta reflexión: están 100% equivocados.
La pobreza no es buena. Muy al contrario, es mala.
Y la riqueza no es mala. Muy al contrario, es buena.
Por supuesto que no defiendo al rico prepotente y abusador. Para nada. Pero sí defiendo al hecho de que es mejor que sobre a que falte. De que es mejor aspirar a mejorar que resignarse a empeorar.
Por lo tanto, apachurrar el aspiracionismo en un país como México es un pecado capital.
Porque, Doña Claudia, la aspiración es EL ingrediente esencial para transformarse en lo que sea para bien, para lograr ese desarrollo del que ustedes tanto hablan, pero sobre el que hacen tan poco.
Según el sitio “definiciona”, el desarrollo se refiere a la acción de ir del punto A al punto B, siendo B un estado superior y cualitativamente mejor a A.
El desarrollo implica aspirar a una mejora.
Y en el centro de esta mejora está el interés personal, como bien decía Adam Smith, el padre de la economía de mercado.
¿Y saben para quiénes es más importante aspirar a mejorar?
Para los pobres, para los que menos tienen. Para esa parte de México a los que ustedes dicen querer tanto.
Para doña Odelia, a la que le di un aventón durante la pandemia al ejido Progreso en San Luis Potosí, cerca de Real de Catorce. La pobre iba a recoger a su hija Maricela, que tomaba clases remotas en un cerro, porque en su casa “no había señal” (relee “Brecha trágica”).
O para Mario, el albañil al que hace algunos años también le di un ride en la carretera de Mazatlán a Durango. Llevaba 3 días caminando para regresar a su tejabán, tras una terrible aventura de la que se salvó de milagro, cuando esperanzado por recibir un mejor salario, se subió a un tráiler operado por narcos (relee “Tu vida por $18,000”).
O para Briana, Marifer y Jessy, a quienes les di un aventón de Torreón a Durango hace unos meses cuando regresaban a sus casas de la escuela normal de Saucillo en Chihuahua para Semana Santa (relee “Arrojo”).
Estas tres anécdotas encierran dos requisitos básicos para que los que menos tienen puedan realmente aspirar a mejorar: acceder a una mejor educación y tener mejores empleos.
Esa debería de ser la tarea principal del gobierno: generar condiciones para una mejora educativa real y para la generación de buenos empleos.
¿Y cómo van en estas asignaturas?
En educación, reprobadísimos. Cancelaron la evaluación magisterial, ingrediente básico para capacitar a los maestros. Promueven el adoctrinamiento y enseñan a los niños a compartir y no a competir, para mejorar. Y privilegian los intereses de sindicatos magisteriales sobre los intereses de niños y padres de familia. Así no se puede.
Respecto a los empleos, el sexenio inicia mal. Y no por las cifras de puestos de trabajo, sino por el crecimiento económico. Imposible generar consistentemente empleos de calidad si crecemos al 0.4% anual… y aparte lo presumimos. Entiendo que no todo es culpa del gobierno. Y, sin embargo, existen políticas inentendibles, como defender a Pemex y CFE sin mejorarlas, los proyectos de los trenecitos (relee “Nos lleva el tren”), la insistencia de tener un gobierno empresario, que los 3 poderes los controle el ejecutivo y la desaparición de órganos autónomos.
Todo esto augura pobreza.
Mezquinamente, quizá con eso están muy cómodos en el gobierno.
A final de cuentas en alguna ocasión se confesaron: con los pobres el movimiento va a “la segura”.
Pues sí: aseguran la terrible perpetuación de la pobreza.
Los que aspiran a mejorar son mucho más respondones.
El camino a la riqueza es incómodo, pero es el camino correcto.
EN POCAS PALABRAS…
“Si el dinero no te da la felicidad, por lo menos te permite ser miserable cómodamente”.
Helen Gurley Brown, escritora estadounidense.
Twitter: @jorgemelendez
