MÁS ALLÁ de la violencia verbal de Donald Trump, puede ser una buena noticia que el gobierno mexicano se esté apoyando en el de Estados Unidos para combatir el crimen organizado.
EN UN MOVIMIENTO impensable en otros tiempos, Omar García Harfuch no solo reconoció que un avión no tripulado estuvo operando en México, sino que lo hizo a petición suya como parte de un operativo en la zona colindante (y caliente) entre Michoacán y el Estado de México.
LLAMA LA ATENCIÓN que inclusive opositores como el panista Ricardo Anaya coincidieron en que la participación estadounidense en cuestiones de seguridad podría resultar benéfica para México. Tienen con qué y saben cómo.
QUIENES no la han de estar pasando muy bien son ciertos personajes de la 4T formados en la vieja izquierda que veía como pecaminoso todo aquello que viniera de Estados Unidos. Aunque, bueno, podrán estar muy incómodos, pero difícilmente se atreverán a decirlo.
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CADA QUIEN TIENE sus manías. Así como hay quienes matan mosquitos con Windex, hay quienes tienen la manía de negar la realidad y decir que tienen “otros datos”.
AHÍ ESTÁ el caso de Jalisco donde, durante todo su sexenio, el emecista Enrique Alfaro se aferró a deslindarse de cualquier asunto relacionado con el crimen organizado en la entidad. “Ese es un tema de la Federación”, decía para escudarse.
SIN EMBARGO, muchos de los delitos eran del fuero común… como las estafas con tiempos compartidos. Su gobierno hizo como que ese asunto no era de su incumbencia, y ahora el Departamento del Tesoro de EU lo puso nuevamente en evidencia.
Y NO ES para menos, pues las autoridades de aquel país calculan que los fraudes con supuestos tiempos compartidos le han costado a sus ciudadanos ¡350 millones de dólares en los últimos seis años! Pero Alfaro decía que no pasaba nada.
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¡UY, QUÉ DELICADO! Al alcalde de Piedras Negras, el morenista Jacobo Rodríguez, de plano explotó cuando le preguntaron si estaba dispuesto a poner el ejemplo, sometiéndose a una prueba antidoping como la que le piden a otros funcionarios.
EL PRESIDENTE MUNICIPAL balbuceó primero y luego increpó a quien le hizo la pregunta, pese a que se supone que para eso es su conferencia mañanera. “¿Qué te hace pensar que vengo drogado?”, preguntaba una y otra vez el alcalde, buscando zafarse del asunto.
AL FINAL, ooobviamente, no contestó si estaría dispuesto a hacerse una prueba para detectar consumo de estupefacientes. ¿Será que el morenista coahuilense no quiere que se sepa algo? Es pregunta limpia.
